Las ciudades marroquíes de Tánger, Rabat y Casablanca -principales centros económicos y financieros del país- estarán conectadas en 2015 por un tren de alta velocidad para pasajeros, cuyas obras marcan el inicio de un proyecto de alta velocidad que está previsto que se extienda a otros países africanos.

La construcción de la nueva línea marroquí ha comenzado con el acto de colocación oficial de la primera piedra, al que asistieron el rey Mohammed VI de Marruecos, el presidente francés Nicolas Sarkozy, el príncipe Megrin Ben Abdulaziz Al Saud de Arabia Saudí, el ministro marroquí de Trasporte, Karim Ghellab, el director general de los ferrocarriles marroquíes (ONCF), Mohammed Rabue Khlie, el director ejecutivo del grupo logístico SNCF, Guillaume Pepy, y el director general de International Union of Railways (UIC), Jean-Pierre Loubinoux.

Loubinoux destacó la importancia de estas obras dado que esta conexión no sólo será “la primera línea de alta velocidad del continente africano” sino que constituirá además el “primer enlace de una red que se desarrollará hacia el sur”.

Impulso al país
“El ferrocarril de alta velocidad, unido con una red convencional bien desarrollada, impulsarán a Marruecos económica y socialmente”, agregó.

Una vez que la línea esté terminada, podrá conectar Tánger y Casablanca en dos horas y diez minutos en lugar de las casi seis horas actuales e incrementará el volumen de tráfico de pasajeros de la ruta hasta los seis millones de personas al año.