Logisfashion apuesta por el mercado de importación
La compañía Logisfashion fue constituida en 1996 y está especializada en el sector textil. En la actualidad esta compañía es la más grande de su segmento en España, con más de 60.000 metros cuadrados de almacenes y con más de 350 trabajadores.
Según explica su responsable en China, Gonzalo Jérez, en el año 2006 la empresa decidió abrir oficinas en este país y en 2007 abrieron delegaciones en México y tienen presencia desde ese mismo año en Chile, con un socio local. En los almacenes de Logisfashion se realizan las operaciones de planchado, etiquetaje, picking, devolución, logística inversa y, en definitiva, todo el proceso relacionado con la logística del sector textil. El pasado año la compañía facturó 15 millones de euros y atiende marcas como Tommi Hilfiger, C& A, Blanco, El Corte Ingles o Hugo Boss, entre otras muchas.
En el caso de China, la compañía cuenta con almacenes de 5.000 metros cuadrados en Shanghai y Cantón, las dos ciudades donde tienen presencia, contando con socios locales. “A medio plazo -explica Jérez- nos interesa estar aquí para la distribución doméstica aunque hasta el momento nos centramos en los controles de calidad de los clientes tanto de China como del sudeste asiático. En la actualidad preparamos pedidos en origen y realizamos la distribución al país final, con el ahorro que esto supone para el cliente”.
“Empezamos a ofrecer servicios en China en 2006 y tuvimos mucha aceptación porque la idea era bastante innovadora y fue bien acogida, ya que no había empresas que realizaran esa logística”, continúa.
Ahora los planes de la compañía pasan por atender el futuro gran consumidor que va a ser China en los próximos años. “Nuestro plan estratégico dice que en cinco años facturaremos en China más que en España y para entonces queremos tener dos o tres almacenes en el centro y el sur de China”, añade.
Según el director de Logisfashion China, existía un potencial notable, pero además una necesidad y obligación de estar en China. “Cada vez había más clientes interesados en tener servicios en China y si no éramos nosotros, sería otra compañía la que iba a ofrecerlos. Ahora cada vez hay más clientes españoles que están vendiendo en Asia. Era por tanto un negocio en potencia, pero también una manera de proteger a la empresa”.