En el día de ayer, transporte terrestre, aéreo e incluso el sector público, celebraron una huelga que sembró el caos en el transporte alemán.

La huelga defendía una de las principales peticiones del sindicato del sector servicios Verdi, que pide un incremento salarial del 8% para algunos de los dos millones de trabajadores del gobierno federal y local.

El presidente del sindicato, Frank Bsirske, afirmó que la oferta de la patronal “que está sobre la mesa, ni siquiera compensa la inflación”.

Entre las compañías que secundaron la huelga se encuentra la aerolínea alemana Lufthansa, que recortó 142 vuelos, principalmente nacionales, anunciando que los intercontinentales no se verían afectados.

Por otro lado, los empleados del aeropuerto de Francfort, dejaron de trabajar y los vuelos nacionales no funcionararon.