El pasado miércoles los estibadores de Estados Unidos alcanzaron un acuerdo con puertos y compañías navieras que pone fin a la amenaza de una huelga.

El sindicato de la Asociación Internacional de Estibadores y la Alianza Marítima de Estados Unidos de puertos y compañías navieras anunciaron que habían alcanzado un acuerdo tentativo para un contrato por seis años, una semana antes de la fecha límite del 15 de enero.

En un comunicado conjunto ambas esntidades señalaron que el acuerdo protege las plazas sindicalizadas y permite que los puertos de la costa este y el Golfo de México se modernicen con nueva tecnoloía, haciéndolos más seguros y eficientes y creando la capacidad que requieren las cadenas de suministro.

Además, ambas partes señalan que no darán a conocer públicamente los detalles del pacto para que el sindicato tenga la oportunidad de revisar y aprobar el documento, un proceso que podría prolongarse durante varias semanas.

No obstante, al parece el acuerdo otorga a los puertos un mayor margen para introducir nueva tecnología, pero, por otro lado, tendrían que contratar a nuevos trabajadores, descartando la automatización total. Se trataría pues de un acuerdo beneficioso para ambas partes y mantiene a la economía estadounidense como el eje fundamental del mercado global.

El conflicto surge sobre la base de la automatización, que para los estibadores supone una clara amenaza y la desaparición de puestos de trabajo y para los operadores portuarios y las navieras podría servir como revulsivo para ganar la competitividad de la que carecen en comparación con puertos como Róterdam, Dubái y Singapur.