Crédito y Caución prevé que Asia recupere el dinamismo en 2022
El crecimiento asiático se ha visto claramente deteriorado en 2021. El incremento de los casos de Covid-19 por la variante Delta y la adopción de nuevas medidas de confinamiento para controlar los brotes han restado impulso a la sólida recuperación que se inició en 2020. La mayoría de las economías asiáticas muestran tasas de crecimiento del PIB decrecientes o negativas. Sin embargo, de acuerdo con el último informe sobre Asia difundido por Crédito y Caución, la desaceleración no durará mucho. La aseguradora de crédito prevé que la recuperación económica se reanude en los próximos trimestres y que Asia vuelva a ocupar su posición habitual como región de mayor crecimiento del mundo. La política fiscal y la demanda exterior serán los principales motores del crecimiento en el cierre de 2021 y durante 2022.
Las perspectivas de crecimiento de las distintas economías asiáticas difieren de un país a otro, dependiendo en gran medida de sus tasas de vacunación, que estaban antes del verano claramente por detrás de Europa y Norteamérica. Los efectos de la variante Delta han acelerado las campañas en China, Malasia, Japón y, en menor medida, Corea del Sur, que ya se acercan a los niveles de inmunidad alcanzados por los países occidentales. En este contexto, la recuperación económica en Asia volverá a repuntar en los próximos meses, aunque con claras diferencias.
En China, el enfoque de tolerancia cero frente a los brotes junto a los problemas del sector inmobiliario han llevado a la cautela de consumidores y empresas. No obstante, Crédito y Caución espera un repunte del crecimiento en el cuarto trimestre que lleve la tasa de incremento del PIB al 5% interanual. El papel de China en las cadenas de suministro mundiales sigue intacto, pero la rivalidad geopolítica con Estados Unidos y países como India, Japón y Australia es un riesgo a la baja.
Junto con China, Vietnam es la única economía relativamente grande de Asia que no sufrió una contracción del PIB en 2020 y que mantendrá altas tasas de crecimiento tanto en 2021 como en 2022. A pesar de las fuertes restricciones en sus principales ciudades y el cierre de varias fábricas por la pandemia, la recuperación económica continúa, impulsada por un próspero sector exportador.
En Japón, el impacto de la última ola sobre el gasto de los consumidores y la inversión empresarial ha sido relativamente moderado, a pesar del estado de emergencia en sus principales ciudades. Los datos de las exportaciones fueron sólidos gracias a la fuerte demanda mundial de maquinaria. Se prevé que la tasa de vacunación, cerca ya de los niveles de otros países desarrollados, y el continuo apoyo fiscal y monetario permitan recuperar los niveles de PIB previos a la pandemia en 2022.
En India, los confinamientos generaron una fuerte contracción en el segundo trimestre, y la rápida reapertura de la economía, un fuerte rebote en el tercer trimestre. Con la solvencia de familias y empresas debilitados y la necesidad de frenar el gasto público, la economía india es propensa a sufrir nuevos retrocesos. El riesgo de una nueva oleada que debilite el crecimiento es real, dado el bajo nivel de vacunación.
La economía de Corea del Sur se muestra estable frente a la pandemia, con una proporción relativamente alta de la población totalmente vacunada y fuertes estímulos fiscales. La sólida demanda de semiconductores y el repunte del comercio mundial serán los principales motores de su crecimiento, aunque el debilitamiento de China es un riesgo a la baja.
La economía de Indonesia se ha visto afectada por las medidas de confinamiento los dos últimos trimestres, aunque los estímulos fiscales y monetarios pueden evitar que vuelva a caer en recesión. De cara a 2022, la posible caída de los precios de las materias primas, que representan más de la mitad de sus exportaciones, es un riesgo a la baja.
En Tailandia, donde el turismo supone el 20% del PIB, las restricciones a los viajes han sido un lastre para el crecimiento. Además, la escasez mundial de semiconductores ha perturbado las exportaciones del automóvil y la electrónica. La recuperación no cobrará impulso hasta mediados de 2022, una vez que gran parte de la población esté totalmente vacunada.
Filipinas también siente el impacto negativo de la pandemia sobre su sector turístico. Sin embargo, un renovado paquete fiscal apoyará la demanda interna en 2022, mientras que el gasto extra en infraestructuras está ayudando al sector de la construcción.
La menor demanda externa ha frenado la recuperación económica de Malasia de forma bastante brusca. Las perspectivas, sin embargo, son bastante buenas, gracias a los progresos con su programa de vacunación.