AVE valora el impacto del Corredor Mediterráneo en la economía valenciana
Según explicó César Camisón, catedrático de la Universitat de València, aseguró que la puesta en marcha del Corredor en las fechas previstas, esto es, entre 2015 y 2016, supondría una gran reducción en el precio del coste del transporte, concretamente un 20,8%, una ventaja que se puede diluir si los plazos no se cumplen. “Si estos plazos se alargan a 2020 las reducciones se perderías y se produciría un aumento de hasta el 35% en lo que queda de década, además de afectar al sector agroalimentario y al turismo”.
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De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Alejandro Monzó (presidente de ANECOOP), Vicente Giner (vicepresidente Comité de Cítricos), Jorge Brotons (presidente de FEPEX), Emilio Orta (presidente de IVIA), Joaquín Ballester (presidente de Martinavarro) César Camisón (catedrático de la Universitat de València), Federico Félix (presidente de PROAVE y de la Federación Agroalimentaria), Vicente Boluda (presidente de AVE), y José vicente Boira (profesor de la Universitat de València) |
En el caso positivo de que la infraestructura estuviera en marcha de acuerdo a lo previsto, AVE valora un impulso a las exportaciones que superaría el 23,15%. Si, por el contrario, se retrasa hasta 2020 el impacto sería muy negativo, no sólo desde el punto de vista económico, sino también medioambiental, ya que se calcula que el Corredor podría suponer la reducción anual de hasta 900.000 toneladas/año de emisiones de CO2.
Por su parte, Joaquín Ballester destacó la necesidad de que el transporte sea lo más ágil y rápidos posible: “Se requiere una gran velocidad para llegar desde el campo a los mercados.
De hecho, antes los almacenes se situaban junto a la línea ferroviaria para ahorrar tiempo y costes”.
El presidente del Comité de Cítricos, Vicente Giner, explicó que la producción alcanza más de seis millones de toneladas y que algo más de 3,5 se destinan a exportación. “La mayoría, un 99%, se exporta por carretera ya que se trata d eun sector muy dinámico, que depende del transporte, y en España somos los primeros en suministrar a Europa. Por tanto, se produciría una descompensación en el suministro si el Corredor no se pone en marcha”.
También Federico Félix, presidente de PROAVE, destacó que “los efectos negativos son inaceptables”. “Ser competitivos es fundamental y la rapidez también lo es. Por ese motivo, debemos alertar a la sociedad de lo que se juega para su futuro inmediato y tmabién a más largo plazo, amén de la importancia para el puerto de Valencia y las importaciones que por el se canalizan”, aseguró Félix. “Tenemos la obligación como sociedad valenciana de reclamar estas infraestructuras por su efecto en la economía”, terminó.