El puerto de Alicante acercará sus dos mareógrafos a los ciudadanos haciéndolos más visibles y accesibles
“Poner en valor la existencia de los mareógrafos con los que cuenta el puerto de Alicante. Abrirlos a la ciudadanía haciéndolos más accesibles y visitables”. Este es el compromiso anunciado ayer por el presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante.
Para ello Luis Rodríguez ha explicado que se eliminarán algunas de las actuales barreras arquitectónicas que rodean estas instalaciones y se les dotará de zona verde.
No en vano el puerto de Alicante es uno de los pocos de la península que cuenta con dos mareógrafos. Además, el Mareógrafo 1 es el más antiguo operativo del Instituto Geográfico Nacional. El primero instalado con carácter permanente y, por tanto, cuenta con un histórico de 150 años de registro ininterrumpido de mediciones. Son los datos cronológicos de estas características más valiosos del país y de los más amplios de Europa.
Luis Rodríguez ha hecho público este compromiso durante el acto conmemorativo del 150 aniversario del inicio de la medición de las altitudes en España que esta mañana se ha celebrado en Alicante y que ha contado con la presencia del subsecretario de Transportes y Movilidad Sostenible, Rafael Guerra, y del alcalde de la ciudad, Luis Barcala,
El presidente de la Autoridad Portuaria también ha resaltado la necesidad de que los factores que llevaron a Alicante a ser referente topográfico y científico se tengan presentes hoy, 150 años después: “Recuperar la conexión con el esplendoroso pasado ligado a la innovación y los avances tecnológicos. Volver a ser un puerto innovador impulso de la transformación digital y la transición energética y ecológica” en palabras de Luis Rodríguez.
Los mareógrafos del puerto de Alicante jugaron un papel determinante en la elaboración del mapa topográfico de España. Hay que remontarse a finales del s XIX cuando los técnicos del Instituto Geográfico Nacional eligieron la ciudad como referencia para tener el punto de partida de la altitud. Los motivos fueron fundamentalmente dos: las pequeñas fluctuaciones de las mareas, de apenas 20 centímetros frente a los 4 metros de otras ciudades de la costa, y la operatividad logística derivada de la conexión con Madrid por Ferrocarril. De hecho, Alicante fue la primera conexión de la capital con el mar por tren.