La naviera Nippon Yusen Kabushiki Kaisha (NYK) ha celebrado el bautizo del buque "Sakura Leader", el primer 'pure care and truck carrier' (PCTC) capaz de navegar utilizando únicamente gas natural licuado (GNK) como combustible.

La nave, construida por los astilleros Shin Kurushima Dockyard, se espera que se incorpore a la flota de la compañía en el mes de octubre. A partir de entonces, NYK procederá a sustituir buques más antiguos con navíos nuevos y más sostenibles.

Asistieron a la ceremonia de bautizo el subdirector de Compras de Toyota Motor Corporation, Yoji Matsuyama, el viceministro japonés de Medio Ambiente, Tetsuya Yago y el presidente de
NYK, HItoshi Nagasawa, entre otras personas.

El "Sakura Leader", que toma su nombre de la flor del cerezo, es uno de los PCTC más grandes del mundo, ya que es capaz de transportar aproximadamente 7.000 turismos en cada trayecto.

Iniciará su operativa atendiendo las necesidades de transporte de Toyota Motor Corporation.

La Organización Marítima Internacional (OMI) ha fijado como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 50% hasta 2050 y NYK, en ese sentido, ha redoblado sus esfuerzos por limitar emisiones y potenciar operaciones de transporte más sostenibles.

De hecho, en 2015, NYK ya recibió el primer remolcador japonés impulsado por GNL, el "Sakigake", mientras que en 2017 se incorporó a su flota la primera la nave 'bunkering' que empleaba este mismo combustible.

En el caso de los buques de mercancías de grandes dimensiones, NYK está posicionando el GNL como una de las soluciones alternativas para lograr reducir a cero las emisiones de gases de su flota. En ese sentido, el "Sakura Leader" supone un paso más en esta estrategia.

Al optar por el GNL y modificar el diseño de la nave, el barco puede lograr una eficiencia energética un 40% mayor que otras unidades, al reducir las emisiones de CO2 por unidad de carga transportada. Se prevé que estos buques propulsados por GNL limiten las emisiones de óxidos de azufre en un 99% y las de óxidos de nitrógeno, en un 86% en relación con otras naves que emplean combustible pesado para su funcionamiento.

El "Sakura Leader" ha sido elegido como 'caso de estudio' por parte de los ministerios japoneses de Medio Ambiente y de Territorio, Infraestructura, Transporte y Turismo y recibirá su apoyo para la verificación técnica de las reducciones de CO2 durante las travesías reales.
Está previsto que NYK incorpore a su flota un segundo PCTC diseñado para funcionar con GNL en 2022 y una nave similar destinada al transporte de carbón en 2023.

NYK Line está representada en Valencia por la firma Combalía Agencia Marítima.

La naviera NYK mejora sus beneficios en el primer trimestre del año
La naviera Nippon Yusen Kabushiki Kaisha (NYK) incrementó sus beneficios un 27,8% en el primer trimestre de su ejercicio fiscal - de abril a junio - hasta los 110 millones de dólares, mientras que sus ingresos descendieron un 11,1% hasta los 3.401 millones de dólares.
Por su parte, las ganancias operativas del grupo japonés se situaron en 84,3 millones de dólares, lo que supuso un incremento del 63,6% en relación con los mismos tres meses de 2019.

En relación con sus servicios de transporte de contenedores, que gestiona Ocean Network Express (ONE) conjuntamente con los de Mitsui OSK Lines (MOL) y Kawasaki Kisen Kaisha ("K" Line), la naviera apuntó que las consecuencias de la crisis sanitaria provocaron un descenso del 10% del volumen de tráfico.

En las rutas con Norteamérica y Asia, bajó la demanda, pero la reducción del exceso de capacidad y la subida de los fletes permitieron mantener los ingresos. Los resultados se vieron beneficiados por el abaratamiento del petróleo, por el retorno de los barcos fletados y los esfuerzos realizados para reducir los costes variables.

En cuanto al transporte aéreo, los servicios de emergencia puestos en marcha para atender el suministro de equipos de protección permitió a la compañía cosechar beneficios en este segmento.

En el movimiento de graneles sólidos, se racionalizaron las rutas, se retiraron de servicio las naves más antiguas y se redujeron los costes operativos mientras que, en el caso de los graneles líquidos, el mercado se vio marcado por la volatilidad en la producción y en la demanda.