La naviera Kawasaki Kisen Kaisha ("K" Line) equipará una de sus naves con una instalación a pequeña escala de una planta de captura de dióxido de carbono (CO2) y realizará una investigación sobre el diseño de estos sistemas y sobre su rendimiento en colaboración con las entidades Mitsubishi Shipbuilding y Nippon Kaiji Kyokai.

Este proyecto cuenta con el apoyo de la Oficina Marítima del Ministerio japonés de Territorio, Infraestructuras, Transporte y Turismo.

Este sistema de captura de CO2 está diseñado para recuperar una parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la nave. Así, no sólo verificará la eficiencia de la captura y almacenaje de CO2, sino que medirá la viabilidad y seguridad de esta tecnología.

"CC-Ocean" es un un proyecto de dos años que arrancó en el mes de agosto. Mitsubushi Shipbuilding ha comenzado a desarrollar y construir este sistema a pequeña escala e iniciará la fase de pruebas a mediados de 2021 en su fábrica, antes de instalarlo a bordo del buque "Corona Utility" de "K" Line. Se trata de un barco especializado en el transporte de carbón térmico que navega al servicio de Tohoku Electric Power.

A finales del año que viene, los participantes en el proyecto iniciarán las pruebas directas en condiciones marítimas, con el propósito final de desarrollar un sistema marino nuevo para barcos.

El CO2 que se capture será reciclado y reutilizado en procesos de recuperación de petróleo o como materia prima de combustibles sintéticos, explicó “K” Line, que cuenta con delegaciones en España.

“K”Line registra ligeras pérdidas en el primer trimestre del año fiscal

La naviera Kawasaki Kisen Kaisha ("K" Line) ha cosechado en el primer trimestre de su ejercicio fiscal, de abril a junio, unas pérdidas de nueve millones de dólares como consecuencia de la crisis sanitaria.

En ese periodo, el resultado operativo arrojó un resultado negativo de 62 millones de dólares, al tiempo que sus ingresos se redujeron un 17% hasta los 1.432 millones de dólares.
Ante las circunstancias adversas provocadas por la pandemia de la covid-19, el grupo japonés se esforzó por reducir los costes operativos y mejorar la eficiencia en el uso de las naves pero, pese a todo, su división de graneles sólidos, registró números rojos.