El secretario autonómico de la conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio de la Generalitat Valenciana, Josep Vicent Boira, defendió la pasada semana el Corredor Ferroviario Mediterráneo en el ‘II Encuentro Internacional de Corredores Europeos a su paso por España’, organizado por la Asociación de Centros de Transporte y Logística de España (ACTE) y celebrado en Madrid.

Josep Vicent Boira, Xavier Flores y Jordi Torrent

En su intervención, Boira señaló que el coste de la no implementación del Corredor Mediterráneo “puede ser un peso que arrastre a la economía valenciana y española”, al tiempo que recordó que el Corredor Mediterráneo “es una reivindicación histórica, de cuando los exportadores de naranjas valencianos reclamaban, a principios de siglo pasado, las conexiones con Europa, tanto el Corredor Mediterráneo como la conexión entre Sagunto, Zaragoza y el Cantábrico”.

En este sentido, es partidario de que el Corredor hay que abordarlo “no sólo como una infraestructura, sino que se necesita un análisis demográfico, económico y productivo de las zonas que atraviesa”.

Para Boira, la vertiente económica viene reflejada en una estadística reciente de las 50 empresas medianas españolas de mayor éxito. Según esta encuesta, el 38% de estas empresas de mayor éxito están en Cataluña, el 16% están en la Comunidad Valenciana y el 14% están afincadas en la Comunidad de Murcia, “lo que evidencia que estas tres comunidades son las que más despuntan en el territorio español”.

Basado en este contexto, Boira sostuvo que “el modelo radial de España en infraestructuras ha quedado obsoleto y hay que revisarlo”. Justificó su postura argumentándola tanto para pasajeros como para mercancías. “Valencia y Barcelona, que son la tercera y la segunda ciudad de España, respectivamente, siguen teniendo una conexión de mercancías y pasajeros muy deficiente. Más de tres horas como mínimo para los pasajeros, igual que hace 20 años”.

Respecto al tráfico de mercancías, el uso del ferrocarril ha disminuido un 54% en España en los últimos 20 años, mientras en la UE ha crecido un 5%. “El mejor ejemplo -manifestó- lo tenemos en que un tren desde Granollers (provincia Barcelona) a Valencia necesita hacer un cambio de conductor en Castellón, debido a que tarda mas de ocho horas”.

Mayor inversión
En este sentido Boira reclamó una mayor inversión para todo el Corredor desde Europa y los estados español y francés, ya que es “completamente insuficiente y la planificación escasa” teniendo en cuenta que el Corredor beneficiaría a 90 millones de ciudadanos europeos, lo que supone el 18% de la población de la Unión Europea.

Según expuso, el corredor representaba un mercado de 150 millones de toneladas en 2010, cantidad que podría alcanzar los 267 millones de toneladas en 2030. De igual manera, el corredor, que ha dado servicio a 128 millones de pasajeros en 2010, podría llegar a los 177 millones de pasajeros en 2030. El tráfico medio del 14,6% en ferrocarril podría alcanzar el 27% con el Corredor Mediterráneo, y de no hacerse, el tráfico por carretera pasaría de 129 millones a 228,6 millones de vehículos.

Finalmente, Boira recordó que el coste de la no implementación del Corredor Mediterráneo “puede ser un peso que arrastre a la economía valenciana y española”. Los estudios indican que cada euro invertido en el corredor provocará seis euros adicionales en el PIB en 2030 y por cada 1.000 millones de euros se generarían 19.600 puestos de trabajo. En cambio, de no hacerse, el PIB de la Unión Europea sería un 1,8% más bajo, con una reducción de 294.000 millones de euros y unos nueve millones menos de empleos.