Asia crece y marca cada vez más el comercio internacional y, por tanto, el transporte marítimo.

Carbonell durante su intervención

La respuesta del Mediterráneo debe llegar de la mano de la cooperación como clave del éxito.

Al menos así quedó patente en el Fórum Mediterráneo de Puertos que ayer se celebró en el Salón Internacional de la Logística de Barcelona, donde participaron, entre otros, el director general del puerto de Barcelona, José Alberto Carbonell, y el presidente de la Comisión de Transporte y Logística de ASCAME, Serafettin Asut, que se encargaron de abrir el debate.

Para Carbonell son cinco las tendencias que marcan el futuro de los puertos y el comercio internacional: avanzamos hacia un mundo único; se impone la excelencia de la cadena logística y se centra en el puerta a puerta; aumentar la volatibilidad de los mercados marítimos y las navieras toman decisiones rápidas a las que hay que acomodarse; la irrupción de los países asiáticos gira el centro de gravedad hacia el ecuador y, finalmente, en Europa hay que trabajar a favor de un reequilibrio de los tráficos procedentes de Asia entre los puertos del norte y el sur del continente.

Asistentes al Fórum

Con todo esto, según explicó Carbonell, la competencia aumenta, pero también lo hacen las oportunidades de los puertos mediterráneos: “El margen de crecimiento del Mediterráneo es amplio, tiene una gran centralidad en el contexto global y los puertos mediterráneos han hecho grandes inversiones”, destacaba ayer el director del enclave catalán. “La estrategia de integración de negocio acentúa la competencia entre los puertos, que es feroz. El futuro del Mediterráneo no es para un solo puerto, sino para los que creen en un sistema europeo, unificado y sostenible”, aseguró. “La clave -continuó Carbonell- es la cooperación. La competencia asiática nos obliga a trabajar conjuntamente. El Corredor Mediterráneo debe ser el gran activo de los puertos mediterráneos”.

Asut profundizó en la misma idea: “No podemos hacer frente a los problemas del Mediterráneo de manera individual y desde ASCAME estamos trabajando para fomentar esta colaboración”.

“Hay tanta competencia que todos los países quieren ser único y han aparecido proyectos no planificados y obsoletos -continuó- . La cooperación regional es un deber en el Mediterráno. Los puertos mediterráneos no deben ser rivales sino socios”.

Para Serafettin Asut hay que establecer un marco legislativo claro pero que aporte proyectos creíbles y que sean compatibles con otros: “Destruir la integración natural de la historia no tiene sentido. Estamos tan conectados los unos con los oros que lo que ocurre en el Mediterráneo afecta a todos. Los verdaderos rivales son Asia y América”.