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¿Tendremos Corredor Mediterráneo en 2015?
Aunque no nos gusta lanzar las campanas al vuelo en materia de infraestructuras, sobre todo después de los retrasos que hemos tenido que sufrir los valencianos en obras de gran trascendencia, como la alta velocidad ferroviaria, que apenas hace unos días llego a Alicante, podemos atrevernos a decir que el Corredor Mediterráneo estará en 2015 en Castellón y Valencia y en 2016 en Alicante.
Y lo decimos porque hasta el momento todos los compromisos adquiridos con nuestra tierra por los actuales responsables del Ministerio de Fomento se han cumplido y porque las recientes licitaciones y adjudicaciones de varios tramos del Corredor, unidas a las que en breves fechas vendrán, hacen que la infraestructura avance de forma imparable.
Y es lo razonable, no sólo por el hecho de que la ministra es una mujer de palabra sino porque la ejecución del corredor está en un punto de no retorno por la irracionalidad económica que supondría o bien paralizarla o bien distanciar en el tiempo la ejecución de los tramos restantes de la obra, lo que impediría rentabilizar importantes inversiones.
El país necesita impulsar sus exportaciones y estimular nuevas actividades y como ya hemos manifestado en repetidas ocasiones, a dichos efectos el corredor es sin duda el proyecto de mayor impacto económico y social que el país tiene ante sí, por motivos de competitividad y, lo más importante, porque contribuirá a generar nuevas actividades de alto valor añadido, al convertir al Corredor Mediterráneo en una vía de tránsito de las mercancías que circulan entre el norte y centro de Europa y Asia. Nuevas actividades, más intensivas en conocimiento y empleo de calidad, que alimenten el cambio de modelo productivo que España necesita. El corredor estará en 2015 porque sería imperdonable que el gobierno español no pusiera toda la carne en el asador para desarrollarlo en un tiempo récord, máxime cuando tiene todos los parabienes de Bruselas y contará con la aportación del presupuesto comunitario a través de los fondos estructurales. Con ello se desplegaría todo el potencial de crecimiento de tráfico portuario y ferroviario que esto trae consigo, se estimularía el desarrollo de la actividad logística, industrial y de servicios que ello conlleva y se ampliaría la red básica europea, en beneficio de la competitividad de la economía comunitaria. Hechos estos que constituyen un excelente argumento para conseguir de Bruselas el que esta inversión no compute en el cálculo del déficit público español, dado su valor estratégico y alcance comunitario. Pero para hacer efectivo el potencial de desarrollo económico y social del Corredor Mediterráneo es necesario el pleno desarrollo de éste, lo que pasa por la separación del tráfico de mercancías y de pasajeros en el trayecto entre Alicante y Tarragona y la construcción del tramo de alta velocidad entre estos dos puntos. Aunque somos conscientes de que la situación económica del país exige una política de austeridad pública, y esto trae consigo el que algunas inversiones deban dilatarse algo más en el tiempo, el principio de rentabilidad e impacto económico de las inversiones, defendido claramente por la ministra Ana Pastor, debe ser la principal guía de la política pública en esta coyuntura económica. Y resulta que no sólo la alta velocidad entre la Comunidad Valenciana y Cataluña, desde Alicante a Tarragona, situada en el triángulo de oro de los ferrocarriles españoles, es la inversión más rentable que queda por hacer, de manera incomprensible, en la red española, sino que permitiría liberar la actual línea para el tráfico de mercancías, desplegando todo el potencial de crecimiento de tráfico portuario y ferroviario que trae consigo, estimulando el desarrollo de la actividad logística, industrial y de servicios y se ampliando la red básica europea, en beneficio de la competitividad de la economía comunitaria. Desde Pro-AVE sólo defendemos proyectos que sabemos que contribuyen a hacer más próspero y competitivo a nuestro país y que son rentables y el corredor es, sin duda, el paradigma de ello. Federico Félix Real Presidente de la Fundación Pro-AVE |
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