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Los ladrones van a la oficina
A principios de los noventa, cuando a casi todos nos sobraba pelo y como ahora, el sector del transporte estaba en crisis, apareció en Antena 3 una serie de humor llamada Los Ladrones van a la oficina, en la que podíamos ver a grandes actores del panorama nacional haciendo de las suyas y tramando toda suerte de pillajes en un bar llamado "La Oficina".
Ya entonces se intuía que había mucho de doble sentido en el titulo de esta maravillosa serie, lo que probablemente muy pocos sabían entonces era lo que se nos vendría encima tan solo 20 años después. En la serie, los ladrones urdían sus tramas en las mismas narices del comisario Garcia y su inseparable ayudante, el inspector Gutiérrez, sin que éstos llegaran nunca a enterarse de lo que pasaba.
La gracia estaba en que las trampas unas veces salían mal y otras eran meras bromas sin maldad y sobre todo sin apenas lucro para los ladrones y prejuicio para las víctimas. ¡Hay que ver qué cosas tiene la vida! 20 años después la ficción se ha vuelto la más cruda realidad y prácticamente todos los meses en el Puerto de Valencia asistimos a ese mismo espectáculo, solo que ahora no es en la ficción, sino en la realidad, y lamentablemente no tiene ninguna gracia. La impunidad que disfrutan los estafadores, ladrones y demás alimañas que pululan por nuestro querido Puerto contrasta con la indefensión que sufrimos las víctimas. Todo esto, como en la serie, está pasando delante de las narices de las autoridades sin que éstas se enteren, entre otros motivos porque no les da la gana enterarse, prefieren ser " meros observadores" como ellos mismos dicen. No estamos de acuerdo. La Administración no puede, ni debe, quedarse al margen ante el incumplimiento de las leyes. A la negativa por parte de los cargadores a incluir la cláusula de revisión del precio del gasóleo y el incumplimiento sistemático de los plazos de pago recogidos en la LOTT, hay que añadir ahora el incremento de las situaciones de impagos que nos llevan a la ruina y a la exclusión social, sin que a los que no cumplen con sus compromisos de pago les pase nada. Cambian el nombre de la empresa y asunto resuelto hasta la próxima vez. Todo esto lo vamos sumando a la cuenta de nuestra desesperación y ya llueve sobre mojado. Luego vendrán los nuevos profetas del neoliberalismo a decirnos que" el mercado lo regula todo" y que "su" interpretación de la libre competencia ( siempre en clave ultraliberal) es la única y verdadera, como una suerte de Ley Natural en la que no hace falta respetar la seguridad jurídica; ni los derechos de los trabajadores; ni la Ley de Seguridad vial; ni el respeto por el medio ambiente; ni el reglamento de tiempos de conducción y descanso, etc. Algún día (y ya falta menos) tendrán que explicarnos porqué permitieron que los ladrones se salieran con la suya mientras a las víctimas no se nos hace ni caso. A lo mejor de tanto no hacer nada un día se encuentran en la calle y entonces se darán cuenta de cuánta razón tienen los que sugieren que los ladrones han de ir a la cárcel y no a la oficina. Víctor González Secretario de Transcont C. V. |
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