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El corredor mediterráneo tiene futuro
Las noticias procedentes de Bruselas y las declaraciones del Ministro de Fomento y de la Secretaria General de Infraestructuras permiten ser optimistas respecto al futuro del Corredor Mediterráneo. Su inclusión en la red básica de transportes europea, como eje prioritario, significaría la plena garantía de su ejecución. Y la propuesta de la Comisión Europea se conocerá el 19 de octubre.
Pero lo cierto es que el ministro de Fomento se ha pronunciado claramente a favor de su inclusión y manifestado su confianza en el éxito de la propuesta, dada la contundencia de los argumentos que la sustentan, la intensa actividad desarrollada en defensa del proyecto y el firme apoyo institucional con que cuenta. Pero tan importante como lo anterior es el hecho de que, como ya habíamos defendido desde Pro-AVE, la conexión entre Valencia y la frontera francesa en ancho europeo para el tráfico de mercancías puede ser una realidad en 2016, según declaraciones de la Secretaria General de infraestructuras del Ministerio de Fomento.
Las consecuencias económicas que esto tendrá para esta región son de extraordinaria importancia. Y este efecto se verá reforzado por la propuesta del ministerio de desarrolar el corredor Cantábrico-Mediterráneo, con Valencia como punto de destino, y el de Portugal-Valencia. Ante la delicada situación económica por la que atraviesa la Comunidad Valenciana, las perspectivas de encarecimiento del petróleo y la incidencia futura en el coste del impacto medioambiental de la producción y transporte, la inclusión del Corredor Mediterráneo como eje prioritario de la red transeuropea de transporte de mercancías representa para nuestra región el hecho más importante del último cuarto de siglo. Por un lado porque reducirá considerablemente el coste de transporte de nuestras mercancías a sus principales lugares de destino, así como el tiempo de desplazamiento y coste de los productos que circulan entre Asia y Europa. En segundo término porque permitirá la constitución de una gran plataforma logística en la Comunidad Valenciana. En tercer lugar, porque la reducción de costes de transporte y el desarrollo logístico mejorara el atractivo de la Comunidad Valenciana para la inversión empresarial. Y por último, pero no menos importante, porque constituye un apoyo fundamental para la consolidación del puerto de Valencia como gran puerto interoceánico y lugar privilegiado de transito de las mercancías que circulan entre Asía y Europa Occidental. En suma, el Corredor Mediterráneo, como eje logístico, promete ser un gran motor de la economía valenciana del futuro. Pero un motor no sólo de crecimiento, sino también de cambio de modelo productivo, tan necesario para garantizar un desarrollo más prometedor. El Corredor Mediterráneo supone para la Comunidad Valenciana algo más que la simple mejora del sistema ferroviario, con la alta velocidad y la línea de mercancías en ancho europeo, con ser esto muy importante. La combinación del principal puerto interoceánico del mediterráneo en tráfico de contenedores, el de Valencia, con un acceso fluido y rápido en ferrocarril a Europa Occidental, a Portugal y al norte de España, genera unas oportunidades de desarrollo del sector logístico, de los servicios a las empresas y de nuevas actividades transformadoras, atraídas por este ambiente y accesibilidad, capaces de transformar en profundidad el tejido productivo valenciano. La relativa baja productividad y la débil intensidad en conocimiento de nuestro sistema productivo tendrán en el proceso económico impulsado por el Corredor una fuerza fundamental de transformación hacia una economía con mayor nivel de productividad, más intensiva en conocimiento y con empleo de mayor calidad. De esto viene siendo consciente el mundo empresarial desde hace algunos años, y hay muchas e importantes muestras de ello: desde la encomiable labor concienciadora y reivindicativa de Ferrmed hasta la insistente demanda de las cámaras de comercio del Arco Mediterráneo, de AVE y del Círculo de Economía de Cataluña. La crisis y la próxima revisión del sistema transeuropeo de transportes han hecho que esta conciencia y actitud reivindicativa se transformara en movilización, concertación de fuerzas y esfuerzos e intensa labor de presión para hacer realidad lo que es una necesidad de desarrollo y competitividad del Arco Mediterráneo, de España y de Europa. Y afortunadamente la razón y el sentido común parecen estar a punto de triunfar. Pero aunque podemos estar al final del camino de una acción reivindicativa exitosa, no podemos ni debemos bajar la guardia. Porque el tiempo es oro en un proyecto de esta naturaleza, y la situación de crisis fiscal en la que estamos metidos en España y Europa podrían retrasar su ejecución material. El que esto ocurriera resultaría no sólo nefasto para nuestra economía, sino desfavorable para la reactivación económica de España y el crecimiento y competitividad de Europa. La ejecución del Corredor Mediterráneo no puede ser considerada una carga para el país, sino la principal solución a nuestros problemas económicos y fiscales. Por eso no sólo debe ser eje prioritario de la red europea de transportes, sino prioridad absoluta de la política económica del gobierno de España. Fracasar en este empeño no sólo sería retrasar nuestra reactivación económica y desaprovechar una oportunidad de cambio de modelo productivo. Significaría también desaprovechar muchos esfuerzos que se vienen haciendo ya para poner en valor este gran proyecto. El gobierno que salga de las elecciones del 20 de noviembre debe tener esto muy claro. Y nosotros debemos mantenernos activos para recordárselo. Por el desarrollo de España y de la Comunidad Valenciana y por la mejora de la competitividad de Europa. Federico Félix Real Presidente de la Fundación Pro-AVE |
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