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La bitácora del puerto
No soy muy amigo de hablar de política, ya que entiendo que todo es según con el cristal con que se mire, y la política no se escapa a ello. Pero las cosas cuando están claras es difícil tener dudas y he llegado a la conclusión de que esto se está desmadrando, y lo peor de todo es que nadie quiere tomar las riendas de este país que cada semana que pasa va al revés de lo coherente y racional .
Una vez empezó la democracia, allá por 1975, se comenzó a dilapidar todo aquello que atentaba contra la libertad del ciudadano, ya que después de tantos años nos lo habíamos ganado habiendo soportado prohibición tras prohibición.
Pasaba el tiempo y la democracia se iba instaurando en todo el país, dando alas de libertad a todos y cada uno de nosotros, dejando muy lejos esa larga etapa de decretazos y el “por mis truños”, pero como está de moda volver al pasado y sobre todo a las modas, tenemos de vuelta desde hace unos meses para acá, un sinfín de prohibiciones por parte de nuestros dirigentes que ya nos va recordando los años anteriores a 1975. Hace ya unos cuantos meses se obligó a los bares y locales de ocio a separar muy drásticamente las zonas de fumadores y no fumadores, haciendo gastar en muchos casos bastantes miles de euros en dichas separaciones , para unos meses más tarde “prohibir el placer del humo” en cualquier centro público. De un día para otro nos desayunamos con nuevas prohibiciones de nuestros mandamases, por medio del Ministerio de Agricultura, el cual está elaborando un Real Decreto para prohibir la circulación de vehículos 4×4 por los caminos de tierra. Se le declara la guerra a la obesidad prohibiendo el Happy Meal a los niños. El Estado niñera inicia una nueva cruzada, políticamente correcta pero irremediablemente ineficaz contra el sobrepeso. Los empresarios se llevan las manos a la cabeza por el futuro de otro negocio que se quieren cargar nuestros mandamases. En medios electrónicos no se podrán introducir anuncios alimenticios “dirigidos a menores”, por lo que las redes sociales se quedan sin un buen trozo del pastel de ganancias por publicidad que obtienen. Quedando también prohibida “la aportación de testimonios de profesionales, sanitarios, de personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo”. También se pretende acabar con las corridas de toros, sin dejar opción a los que sí que están a favor. Que vaya quien quiera y el que no que se quede en su casa. También nos dicen a que temperatura tenemos que estar en cada estación del año, por un Real Decreto la temperatura se limita a 21 grados en invierno y 26 en verano en todos los locales públicos, comerciales, culturales, de ocio, etc, para ahorrar energía. Con la nueva Ley de Economía Sostenible, las webs que permitan descargas previo pago, serán prohibidas por una comisión creada por el Ministerio de Cultura. Fue tan monumental el escándalo que se armó cuando apareció la noticia que una vez más, se tuvo que “deshacer el entuerto” y asegurando que “no se va a cerrar ninguna web”. A instancias de un partido de Catalunya, entonces protegido y apoyado, será obligatorio retirar los crucifijos de todos los centros educativos para “respetar todas las creencias”. ¿Y por qué el hiyab no está prohibido ni expresamente permitido? En este asunto, también se dio marcha atrás por no crear un conflicto donde no existía. Se está instaurando obligaciones y decretando prohibiciones de manera cada vez más rápida, y curiosamente sólo el ruido mediático que ellas mismas provocan hace que no nos demos cuenta del calado de lo que realmente ocurre. los españoles se despiertan con una obligación y una prohibición más. Lo último con lo que nos hemos encontrado es que en vez de poder circular por autovías y autopistas un poco más rápido, como lo hacen todos los países de Europa, tenemos que bajar nuestra velocidad, para poder ahorrar un tanto por ciento en gasolina pero lo pagaremos en multas pero bastante más por encima. Se cumple así la gran paradoja postmoderna: en nombre de los derechos y las libertades, éstos son limitados cada vez más mediante leyes cada vez más restrictivas. Surgen así dos preguntas: si este prohibicionismo rampante es frenable a medio o largo plazo, y si será posible en algún momento revertirlo. Las inutilidades de los dirigentes en España tenemos que solventarlas los de a pie, pagando claro, porque ellos son incapaces de buscar las medidas pertinentes que supusieran ese ahorro y no buscarlo en las distintos castigos que recibimos por incumplir una de tantas prohibiciones a las que estamos sometidos. ¡¡¡ Ya está bien !!! Nacho Cigalat nacho.cigalat@yachtsinmotion.es |
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