Ecodriving es una nueva forma de conducir, más ecológica, pero también es una gestión más eficaz de las redes de transportes. Todo ello es posible gracias a los nuevos sistemas telemáticos para la gestión de flotas, y en especial a innovaciones de última generación como los indicadores KPI (Key Performance Indicators), que permiten controlar remotamente, y casi en tiempo real, las métricas principales relacionadas con vehículos y rutas, tiempo de conducción…) para lograr la mejor relación coste-rendimiento.

Los primeros KPIs vieron la luz a finales de 2008, aunque hace tan sólo unos meses Qualcomm presentó una nueva generación de KPIs, que por primera vez se orientan específicamente a facilitar una gestión más ecológica de las redes de transporte. Los nuevos indicadores KPI avanzados permiten controlar métricas clave como el rendimiento y la eficiencia de los vehículos, el comportamiento de los conductores, la gestión de rutas o el consumo de carburante (especialmente importante en este sector, ya que representa entre el 30% y el 35% de los costes), mejorando los resultados de operadores y flotas de transporte de cualquier tamaño y actividad.

Según los primeros cálculos de la Unión Europea, la incorporación de este tipo de soluciones produciría una reducción del consumo de carburante total de 700 millones de litros de gasóleo y 1.650 millones de litros de gasolina anuales, lo que supone que cada conductor de un vehículo comercial podría rebajar su factura de carburante en 160 euros al año. Pero la adopción del eco-driving sería impensable sin la base sobre la que decansa su operativa, que no es otra que la tecnología. La tecnología que, una vez más, viene a solucionar problemas clave para una industria, en este caso la industria del transporte, atajando dos frentes de urgente solución: la economía y medioambiente.

Los expertos de la CE calculan que el eco-driving podría producir un ahorro de hasta 1.850 millones de euros al año.

Además, hay que tener en cuenta la creciente normativa ambiental que los países europeos están implantando. La presión de autoridades y legislaciones europeas sobre emisiones y seguridad en carretera es cada vez más acuciante y su normativa incluye ahora importantes medidas y restricciones. Medidas de seguridad en carretera, como el programa europeo de conducción ecológica y otras normativas nacionales o comunitarias son buenos ejemplos de ello. La Comisión Europea ya tiene en agenda el respaldo a estas tecnologías más eficientes y seguras, pero que también permitan reducir la denominada ‘huella ambiental’.

Aunque Francia, Alemania, Benelux y Reino Unido son los países más avanzados en estas tecnologías, consultoras como Frost&Sullivan destacan el creciente papel que jugarán otros mercados, como Italia y España. De hecho, se calcula que el mercado español para estas soluciones se triplicará en los próximos años desde los 17 millones de euros registrados en 2008 hasta más de 53 millones en 2015. En todo el mundo, la misma Frost&Sullivan estima una demanda de este tipo de soluciones superior a los 500 millones, cifra de mercado global que podría superar los 963 millones en 2015.