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Sábado, 01 de febrero de 2025


La bitácora del puerto
VM, 17/06/2010

Estaba hace unos días repasando las historias de desastres en el mar, me encontré que dentro de unos cuantos días se cumplirá el 10º aniversario de la catástrofe del submarino ruso Kursk donde perdieron la vida los 118 tripulantes de una manera aterradora y que más vale no recordemos.

En su día se comentó que el Kursk tenía que disparar dos torpedos sin explosivo a un crucero de batalla de la clase Kirov. Al parecer algo de peróxido de prueba (HTP), una forma muy concentrada de peróxido de hidrógeno usado como propergol para el torpedo, se filtró a través de la herrumbre en la carcasa del torpedo. El HTP reaccionó con cobre y latón en el tubo desde el que se disparó el torpedo, causando una reacción en cadena que ocasionó una explosión. La compuerta estanca que separaba la sala de torpedos del resto del submarino se había dejado abierta antes del disparo. Aparentemente, esta era una práctica común, por causa del exceso de aire comprimido que era expulsado a la sala de torpedos cuando se disparaba un arma. La puerta abierta permitió a la onda expansiva propagarse a través de los dos primeros de los 9 compartimentos en el enorme submarino, probablemente matando 7 hombres en el primer compartimento y al menos hiriendo o desorientando a los 36 hombres del segundo compartimento. Muchos de nosotros vivimos en directo la agonía del hundimiento y los intentos por reflotar al submarino ruso. Como conclusión a su hundimiento, parecía indiscutible que se debió a una explosión interna.

Sin embargo, en un documental del Canal Odisea emitido algún año atrás, se afirma que el Kursk fue hundido por el USS Memphis, un submarino de ataque de la clase Los Angeles. Por lo visto, en las famosas maniobras de la flota rusa, había una estrategia para que los chinos compraran submarinos rusos. Los americanos enviaron a la zona a dos submarinos (Memphis y Toledo).

El Toledo seguía de cerca al Kursk, tanto que ambos chocaron. Posteriormente el Kursk abrió sus portas de torpedos y en ese momento el Memphis le disparó. El torpedo americano penetró en el Kursk e hizo explotar los torpedos rusos, con lo que la nave se hundió. Al parecer, el Toledo escapó y se camufló en Noruega. El documental exponía fotos del Toledo en Noruega y, lo más desconcertante, una imagen clara del impacto de un torpedo en el casco reflotado del Kursk.

Hay un dato muy curioso en todo esto y fue el poco interés aparente del gobierno ruso en un
principio para solventar el problema, puesto que fueron incapaces de llegar a sus escotillas durante muchos días de intentos y una vez que aceptaron la ayuda internacional de otros países fueron los buzos ingleses los que lograron llegar al submarino en un solo día. Todos los países involucrados en este accidente escondieron la verdad de este episodio para que no se creara un gran conflicto internacional. De hecho parece ser que un representante del gobierno norteamericano se presentó en Moscú para reunirse con el primer ministro Putin con la escusa pública de hablar de la situación en esos momentos de Yugoslavia.

Otras de las posibles consecuencias de este desastre fue lo cerca que se anduvo de crear un problema nuclear de magnitudes imposible de calibrar si esa onda expansiva, motivada por cualquier fuente de las citadas. Esas paredes de 13 centímetros de espesor y fuerte metal impidieron que aún estuviéramos hablando de esas consecuencias tan nefastas.

En este caso fue el gobierno ruso quien tenía algún tipo de interés en que todo fuera más lento de lo que realmente debería de haber ido, pero podríamos encontrar casos en cualquiera de nuestros políticos en mayor o menor escala.

Hay veces que prefiero que las cosas sean así, que no se diga toda la verdad y nos dejen vivir en paz sin más problemas que los que ya tenemos todos los días y que son, muchas veces, complicados de solucionar ya.

Que sigan jugando a sus barcos, sus submarinos, sus guerras, sus soldaditos, sus poderíos…..
pero que no nos salpique a los de aquí abajo que …… ya tenemos bastante.

Nacho Cigalat
nacho.cigalat@yachtsinmotion.es