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Sábado, 01 de febrero de 2025


La bitácora del puerto
VM, 04/06/2010

Hay fenómenos que permitieron a muchas plumas escribir en los tiempos que la televisión no era ni la infinitésima parte de lo que es ahora, siendo una mina cualquier anécdota que se lo podía dar un punto de misterio y parasicología.

Pero hoy día se le puede dar una posible base científica a dichos fenómenos
El conocido como Triángulo de las Bermudas, es un área geográfica de unos 3.900.000 kilómetros cuadrados que abarca la zona comprendida entre las islas Bermudas, San Juan de Puerto Rico y Melbourne en la península de Florida.

Toda una serie de sucesos, que se pueden considerar como extraños o que acontecieron en curiosas circunstancias han hecho que esta vasta área del océano Atlántico se haya convertido en uno de los lugares más famosos para los amantes de lo paranormal, si bien existen otros “triángulos” menos conocidos donde ocurren todo tipo de fenómenos, como el Triángulo del Diablo en el Mar de Japón o sin ir más lejos, en nuestras islas, un triángulo imaginario que va desde la costa de la Serra de Tramontana en Mallorca, hasta Cataluña e Ibiza.

Una de las primeras anotaciones históricas que se tiene al respecto, se le debe a Cristóbal Colón, quien en 1492, navegando hacia lo que sería el descubrimiento de América, atravesó parte de esta zona. En esos momentos, según anotó en su cuaderno de bitácora, su compás se volvió loco y él y su tripulación vieron extrañas luces en el cielo “una gran llamarada que colisionó contra la superficie del mar”, si bien estas dos circunstancias podrían tener una explicación bastante mundana. Respecto a la “locura” del compás podemos presuponer que se tratara de una discrepancia entre el norte físico y el norte magnético, mientras que las luces podrían tratarse de un meteorito, tal y como todos hemos podido imaginar. Ahora bien, el día 11 de octubre, un día antes de tocar tierra, vieron una serie de extrañas luces muy cerca del lugar donde el día siguiente “descubrirían” América…

Se habló de embudos inter-dimensionales, campos electromagnéticos y hasta la influencia del continente perdido de la Atlántida. En 1983, la revista “Newsweek” especuló sobre la posibilidad de que en el fondo del océano reposaba una gigantesca pirámide que emitía fuerzas electromagnéticas, la causante de las tragedias y desapariciones. De hecho, unos buceadores expertos aseguran que vieron en las profundidades, cerca de la isla de Bimini, una enorme Pirámide de Cristal, que contenía otras tres Pirámides más pequeñas en su interior.

Pero ello nunca fue probado. La leyenda de sucesos, del todo inexplicables, encuentra uno de
los casos más extraños en el descubrimiento del barco Mary Celeste, un velero que en 1892 se encontró abandonado en alta mar a 400 millas de su ruta original, que iba de Nueva York a Génova. Si el asunto ya parece inquietante, lo es más el hecho de que no se encontró rastro de la tripulación o vestigio alguno que permitiera determinar que suerte corrieron, si bien uno de los botes salvavidas no se hallaba en el velero, lo que permitió suponer que la tripulación abandonó el barco durante una tormenta que creyeron que no podría soportar la embarcación.

Ahora bien, no hemos comentado que el Mary Celeste fue encontrado en las costas de Portugal, nada cerca del famoso Triángulo. Las razones por las cuales no se encontraron restos de la aeronave están vinculadas al hecho de que las corrientes son muy fuertes, los tiburones se comen los cuerpos y todo lo demás se hunde hasta el fondo del mar.

Un modelo matemático elaborado por científicos de la Universidad Monash de Melbourne, Australia, ha confirmado, con mayor o menor acierto, que las burbujas de metano del fondo del mar son las causantes de los misteriosos hundimientos de barcos en el Triángulo de las Bermudas, el Mar del Norte o el Mar de Japón.

El metano es un gas que se forma de la descomposición de las materias orgánicas y se puede encontrar en grandes cantidades en el fondo del mar. Al combinarse con el agua, el metano se calienta, hierve y se disuelve en el océano. El problema está cuando se forma una burbuja que llega a la superficie y revienta, si en ese momento hay un barco cerca se hundirá al no poder soportar las turbulencias. Este fenómeno podría ser la explicación de maremotos y desapariciones de barcos, ya que estas tragedias suceden en zonas donde dicho gas es abundante.

Para verificar esta teoría, los matemáticos realizaron experimentos con un recipiente de agua, un barco de juguete y burbujas de gas metano. A partir de los resultados se creó un modelo matemático con un ordenador, teniendo en cuenta la dinámica, la velocidad, la densidad y la presión del gas y del agua. El modelo reprodujo las burbujas tal y como aparecen en la vida real y pudieron comprobar que el hundimiento se da en ciertas condiciones. Los investigadores recomiendan que sus conclusiones sean incluidas en las cartas de navegación para evitar las desapariciones de buques en el Triángulo de las Bermudas.

Hay fenómenos que permitieron a muchas plumas escribir en los tiempos que la televisión no era ni la infinitésima parte de lo que es ahora, siendo una mina cualquier anécdota que se lo podía dar un punto de misterio y parasicología.

Nacho Cigalat
nacho.cigalat@yachtsinmotion.es