La comisión gestora del puerto estadounidense de Long Beach ha dado luz verde al proyecto de renovación de dos antiguas terminales, que tendrá un presupuesto de 750 millones de dólares y que aspira a convertir esas instalaciones en uno de los recintos portuarios más respetuosos con el medio ambiente del mundo.

Las terminales serán integradas en una, que será equipada con vías para servicios intermodales y con tecnología “verde” que permitirá duplicar su actual capacidad y, al mismo tiempo, reducir a la mitad las emisiones contaminantes de esas instalaciones.

Se espera que el programa de remodelación, que se prolongará durante un periodo de diez años, comience a finales de 2009. Las obras serán abordadas por fases, de manera que no se interrumpan las operaciones de Long Beach Container Terminals y de California United
Terminals.

Terminal única
El proyecto tendrá como resultado una terminal única de 1,38 millones de metros cuadrados de superficie, que podrá mover un tercio de sus mercancías por vía férrea y que permitirá a los buques que recalen en sus instalaciones conectarse al suministro eléctrico en tierra y apagar sus motores durante su estancia en el puerto.

Además, los barcos deberán adherirse al programa voluntario de reducción de velocidad en las inmediaciones del puerto y las máquinas empleadas en la gestión de contenedores en la terminal cumplirán con los estándares medioambientales de emisiones contaminantes y emplearán combustibles alternativos.