China ha iniciado el desarrollo de una nueva conexión terrestre entre el Pacífico y el Atlántico, concretamente entre los puertos de Shenzhen y Rótterdam que, una vez concluida, discurrirá a lo largo de 15.157 kilómetros.

Las autoridades chinas destacaron que este tercer “puente terrestre”, que cruzará 21 países, supone 3.000 kilómetros de trayecto menos que la travesía marítima entre China y Europa a través del estrecho malayo y el Océano Índico.

La carretera partiría de Shenzhen, cruzaría la provincia china de Yunan pasando por Burma, Bangladesh, la India, Pakistán, Irán, Turquía y varios países europeos hasta llegar a Rótterdam.

La primera de estas rutas, conocida como la siberiana, conecta el este de Rusia con Rótterdam a lo largo de 13.000 kilómetros mientras que la segunda parte del puerto chino de Lianyngang y cruza Kazajstán, Rusia, Bielorrusia, Polonia y Alemania hasta alcanzar este mismo puerto, tras recorrer 10.900 kilómetros.