El portavoz de la Comisión, Max Strotman apoyó el procedimiento establecido actualmente por la Unión Europea y Estados Unidos por el que se aplica un "análisis de riesgo" a un determinado número de contenedores.

Bruselas considera que este análisis de riesgo es un punto de equilibrio entre el comercio “legítimo” y la seguridad aduanera, frente al nuevo proyecto legislativo estadounidense, que obligará a que se registren todos de los contenedores de mercancías cuyo destino se encuentre en EEUU.

La nueva norma, "HR1", cuya aprobación está pendiente de tramitación en el seno del Congreso de los Estados Unidos, se aplicaría en un plazo inferior a cinco años y de forma unilateral, por lo que no existirían mecanismos de cooperación entre los comerciantes europeos y los estadounidenses.

El comisario europeo de Fiscalidad, Laszlo Kovács, también aseguró que la ley acarrearía "una carga desproporcionada para los comerciantes europeos" y mejoraría los sistemas de seguridad.

Bruselas cree que si la ley es finalmente aprobada provocará que las compañías europeas no puedan competir en igualdad de condiciones con las estadounidenses.

Por su parte, los comerciantes consideran que esta normativa conllevaría una reestructuración de los puertos de carga europeos y un incremento en los impuestos sobre las mercancías.

Kovács criticó a Estados Unidos por "no esperar los resultados de las acciones piloto" que actualmente se están llevando a cabo conjuntamente entre Bruselas y Washington para verificar el nivel de efectividad de este proyecto de ley.