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Sábado, 02 de noviembre de 2024


Rafael Llerena: el artesano del fletamento
Como muchos de los que iniciaron su trayectoria profesional en aquellos años, Rafael Llerena empezó a trabajar como botones. Tenía apenas 16 años y se incorporó a la empresa Cofruna (Compañía Frutera Valenciana de Navegación), que posteriormente se uniría a la naviera Trafrume. En esa fecha tomó el primer contacto con la que se sería una de las constante de su carrera profesional: el tráfico de fruta
VM, 20/07/2007

Llerena permaneció en Cofruna hasta los 22 años, cuando se incorporó a Trafrume, donde permaneció por otros 23 años.

Corría el año 1983 cuando de nuevo su rumbo profesional sufrió un cambio y fue designado delegado de Compañía Trasatlántica Española en Valencia. Tras un breve periodo de tiempo, Rafael Llerena fue el encargado de lanzar un nuevo proyecto: Naviera Medimar, empresa asociada al Grupo Marmedsa, que puso en marcha un servicio feeder en el Mediterráneo. pic

Lauritzen España fue su siguiente destino, en noviembre de 1989, y de ahí a Compañía Marítima Lamed, una continuación de la anterior que decidió suprimir las delegaciones propias, pero que trasladó a Lamed su fondo de negocio. En esta empresa ha pasado Llerena sus últimos años en activo hasta que en 2003 se jubiló, aunque continúa siendo consejero delegado de Universal Marítima, compañía del Grupo Marmedsa, empresa que absorbió la actividad y el personal de Lamed y agente de Lauritzen Cool en la actualidad.

"He estado en muchas empresas y no ha quebrado ninguna", dice con cierta sorna y no sin algo de orgullo. Discreto y tranquilo, transmite serenidad y confianza y se le iluminan los ojos cuando habla de lo que más conoce y de lo que ha dirigido su actividad profesional en este medio siglo: los fletamentos. "Es el transporte marítimo en estado puro", señala, reconociendo que aún hoy hace sus presupuestos, estudia las rutas, prevé los desvíos para posibles barcos y posibles clientes en algún rincón del mundo. Eso sí, sin ordenador. Los estudios quedan cuidadosamente almacenados y ordenados en blocs de papel y con pocos borrones. Rafael Llerena sabe de lo que habla. No en vano ha fletado más de quinientos barcos.

Cofruna, su primer destino profesional, centraba su actividad en el tráfico de fruta que se cargaba en Valencia, Burriana y Gandía con destino al norte de Europa e Inglaterra. pic

En Trafrume, Llerena fue subdirector comercial y después director general. La empresa tenía barcos refrigerados y se hacían multitud de fletamentos para. Se embarcaban entonces cajas sueltas y los portuarios sacaban hasta 800 pesetas al día. Poco después se puso en marcha la línea de buques rolones a las lslas Canarias.

A finales de los años 70 empezó a bajar el tráfico de fruta, que se enviaba por tren o camión al resto de Europa, y en los primeros años de la década de los ochenta Rafael Llerena se incorpora a CTE como delegado para atender los servicios de la Región Valenciana con destino a todos los puertos del Caribe, un paso previo a su incorporación a Naviera Medimar, que actuaba como operadora de los primeros buques de contenedores para servicios feeder que unían Barcelona, Valencia y Algeciras. Tras un corto espacio de tiempo, apenas unos meses, en los que actuó como responsable provisional de la SGB, Rafael Lerena entró en la naviera danesa J. Lauritzen, que tenía entonces casa propia en Valencia y que años después nombró a Compañía Marítima Lamed su agente, traslando la actividad y el personal a esta nueva compañía, donde terminó su actividad profesional Rafael Llerena.

Que el contenedor se ha convertido en la estrella, y sobre todo en puertos como el de Valencia, no deja lugar a dudas, pero Rafael Llerena recuerda que todavía hay espacio para otros tráficos: " Nunca se perderá la carga suelta y especialmente en la fruta -asegura-, donde siguen utilizándose los pallets. Al menos el 20% de la mercancía que se transporta sigue siendo paletizada". A este porcentaje se suma la fruta que en la actualidad viaja en contenedor y que, por tanto, no está contabilizada como tal, lo que hace que se haya pasado de 100.000 pallets hace dos años en el puerto de Cartagena, por ejemplo, a unos 15.000 pallets previstos para este año. "Se ha impuesto el contenedor, incluso para el tráfico de fruta, pero aún hay partidas muy grandes de fruta que van en pallets".

La actividad de Rafael Llerena siempre ha estado próxima al mercado de la fruta y eso, en transporte marítimo, se traduce en fletamentos. Encontrar un barco adecuado para un transporte, estar atento al mercado para fijar un precio competitivo, buscar armador con el precio y el barco adecuados, calcular los desvíos...

En definitiva, una vida apasionada, con muchos viajes, satisfacciones y también riesgos que Rafael Llerena reconoce echar un poco de menos. La mente sigue muy despierta y el esfuerzo de tantos años ha facilitado contactos muy valiosos, y una experiencia que no aporta ningún cursillo.

Fletamentos
Llerena nos regala alguna aproximación a ese mundo, el del fletamento, en el que dice que hay mucha competencia a nivel internacional pero que en España apenas había cuatro brokers y nos explica que el periodo mínimo de fletamento para línea regular suele ser de tres meses, con opción a ampliarse por plazos similares, o que se puede hacer para tramping. Pero sobre todo nos explica que esta actividad le ha permitido estar en el "ojo del huracán" del comercio internacional: el cliente puede ser el armador y el cliente puede ser, en otra ocasión, el exportador /importador.