Las asociaciones de aerolíneas europeas han advertido de que incluir el sector de la aviación en el sistema europeo de comercio de emisiones, según propone la Comisión Europea (CE), pondría en riesgo su viabilidad a largo plazo.

Según un estudio encargado por estas entidades, la incorporación al sistema de intercambio de emisiones les supondrá un coste de unos 4.000 millones de euros anuales entre 2011 y 2022, además de una importante desventaja competitiva respecto a las empresas de fuera de la Unión Europea (UE).

Sin embargo, para la CE este sector es responsable del 3% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en los 27 países miembros.

Su objetivo es incluir desde 2011 las emisiones de todos los vuelos dentro de la UE y un año más tarde las de los vuelos operados en aeropuertos europeos con destino u origen en terceros países. Las medidas afectarán a todas las aerolíneas.

Está previsto que las compañías de transporte aéreo reciban anualmente un número determinado de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) y, si lo superan, tendrían que adquirir nuevos derechos en el mercado.

Para las aerolíneas, su inclusión en el comercio de emisiones parte de bases que no son realistas y subestima las repercusiones financieras que esto tendría para las compañías.

En este sentido, indicaron que sólo podrán recuperar un tercio de los costes a través de sus clientes y estiman que, para poder seguir operando, tendrán que comprar, entre 2011 y 2022, derechos de emisión para cubrir el 45% de sus emisiones.

Por este motivo, las organizaciones Europea de Aerolíneas (AEA), Internacional de Transportistas Aéreos (IACA), de Aerolíneas de bajo coste (ELFAA), Europea de Aerolíneas Regionales (ERA), Europea de Aviación Empresarial (EBAA) y la Alianza Europea de aviación de mercancías (ECA) han pedido a la Comisión y al Parlamento europeos que revisen las bases de su propuesta.