Rusia estudia crear un consorcio internacional para construir una segunda línea del canal Volga-Don, que une el mar Caspio con el Negro.

Para el presidente ruso, Vladímir Putin, esa nueva arteria de transporte permitirá “mejorar la navegación” entre ambos mares y no solo dará acceso a Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán, Irán y Rusia a los países ribereños del mar Negro y Mediterráneo, sino que “los convertirá en potencias marítimas”.

El proyecto de crear un consorcio internacional para construir el segundo conducto del canal Volga-Don responde a que Moscú ha invitado a los países del Caspio a participar en la
iniciativa.

La vía acuática de 101 kilómetros permite actualmente a los buques que transportan cargas de hasta 5.000 toneladas de peso pasar del Caspio a través del río Volga al Don, que desemboca al mar Azov, con acceso al mar Negro y al Mediterráneo.