En un día tan señalado para hacer demagogia amanecemos escuchando las noticias, si se pueden llamar así, en una televisión regional refugio de la caspa del mundo mundial, donde para celebrar este día tan morado, sobre todo por los cardenales que llevan algunas como cruz, invitan, agárrense a lo que puedan, a la Fallera Mayor de Valencia y a la Bellea del Foc de Castellón, viva, viva..

Qué ideas más buenas tiene la gente, claro como en esta comunidad no hay mujeres trabajadoras, pues invitamos a dos que precisamente representan lo rancio de esta cultura machista. Muy bonito.

Celebramos el día de la mujer pero seguimos sin solucionar la violencia de género, las desigualdades por el sexo de las personas, la utilización injustificada de las mujeres como objeto sexual, y todo eso y más en occidente que si viajamos hasta el tercer y cuarto mundo, que por cierto dónde está el segundo, ya es para salir corriendo. Ablaciones, lapidaciones, inexistencia de derechos fundamentales, tradiciones vejatorias y ser el último mono de la creación incluso por detrás de ciertos animales. Así nos encontramos las mujeres en el siglo XXI.

Las supuestas liberadas y trabajadoras del primer mundo, aún morimos a manos de nuestras parejas que se creen con el derecho del bien y el mal sobre nosotras; sometidas a una cultura machista que nos obliga a ser anoréxicas, a pasar por el quirófano para estar siempre guapas, a desarrollar jornadas maratonianas porque aún se piensa que la casa es exclusivamente una parcela para el trabajo femenino y un sinfin de penalidades grandes y pequeñas sufridas desde la posición privilegiada de vivir en un mundo infinitamente más amable que el vivido en África o Asia donde como decíamos antes las mujeres no tienen derechos. Y aún somos capaces de escuchar sin despeinarnos a personas poco informadas, por llamarlas de alguna manera, que afirman que el futuro es de las mujeres, y que en estos momentos vivimos en una época de igualdad histórica. No hay nadie más ciego que el que no quiere ver.