El supuesto se fundamentaba en que un camión de recogida de residuos de un buque atracado en el Muelle Sur sufría un accidente. El conductor de una carretilla elevadora pierde el control de la misma, yendo a colisionar con el camión, pinchando la cisterna con una viga de elevación y produciendo un derrame del contenido. A partir de este momento, lo primero es contener el vertido. Para ello, y tras intentar cortar la vía de escape, se utiliza un absorbente industrial y se perimetra la zona para evitar que la mancha de aceite se extienda.

De forma simultánea, se da el aviso al Centro de Control de Emergencias, que coordinará los trabajos y establecerá un PMA (puesto de mando avanzado). Asimismo, el conductor del camión cisterna ha dado el aviso a un equipo de recogida de residuos.

Por su parte, los equipos del puerto de Gandía utilizan bidones y mantas especiales: los primeros se utilizarán para recoger el vertido del cantil del muelle, mientras que las segundas se echan al agua para intentar que la mancha de carburante no se extienda por el canal, ayudadas, además, por más barreras.

Hay que mencionar que un barco será el encargado de controlar que esas barreras no sean movidas por el viento.

Una vez ha llegado el equipo de la empresa, se procede a montar la maquinaria que absorberá el aceite que se ha vertido al agua.