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Viernes, 10 de enero de 2025

Tropiezos

...Mi casaaa
Avirul, 08/07/2005

Hay lugares que nos hacen pensar ansiadamente en ...mi casa... Así nos sentimos el pasado viernes por la noche, que caímos en uno de esos antros super fashion, lleno de seres super fashion.

No entendemos como se puede abarrotar un sitio así, con la música que ponen. Se nos caía la cabeza a medida que avanzaba la noche, venga ruido y ruido sin un acorde bailable.

Claro, que la sensación de que se nos caía, y no sólo la cabeza, si no todos los enseres de nuestro cuerpo, la tuvimos al día siguiente cuando comprobamos en nuestras carnes aquello del "garrafón", esto sí, a precio de oro.

El sitio era una preciosidad hay que reconocerlo, pero estaba lleno de seres que iban como de boda de alto copete, con mucho glamour de ese, grandes aspavientos y extraños comportamientos que elevan el rimel y las extensiones de cualquier tipo al rango de seres superiores. Entrar en el baño era como introducirse en un agujero negro. Abducidos por completo y en otra galaxia, comprobamos porqué a E.T. se le encendían los dedos. Tenía miedo. Allí estábamos nosotros, estupefactos y convencidos de no estar hechos de la misma pasta y por supuesto, con las mismas medidas, además del horror añadido de que el efecto "Gusiluz" de nuestros dedos se extendiera a otras partes de nuestra fisonomía. Porque íbamos a estar bonicos con ciertas protuberancias todo el día iluminadas. Aunque pagaríamos menos a Iberdrola, que siempre hay que buscar el lado positivo.

Resumiendo. Lo único normal, para nuestro entender, del sitio en cuestión fue el elefante de la entrada, porque el resto... Una gran noche en la odisea sideral de la gente "in" del mundo mundial.

Si queréis saber dónde vivimos esta experiencia galáctica. Es fácil. Hay una gran cruz clavada en la entrada.

La clavamos nosotros al salir, justo al lado del enorme paquidermo que estaba tan hasta las narices, nunca mejor dicho, que estuvo a punto de ayudarnos en nuestra cruzada de marcar el sitio para, de por vida, no volver a poner nuestros piecitos en el lado oscuro. Si os atrevéis, que la fuerza os acompañe.