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Sábado, 11 de enero de 2025

Tropiezos

Impredecibles
Avirul, 04/02/2005

Existen muchos razonamientos y hechos que son inexplicables pero que suceden a menudo.

Si pensamos en nuestros actos y que hay en ellos de consciente e inconsciente, nos daremos cuenta en la cantidad de ocasiones en las que hacemos cosas que no teníamos previstas y que, incluso nunca haríamos en un estado de conciencia plena.

Por ejemplo, estamos hablando con alguien y aunque no queramos decir algo, al final lo decimos, luego nos arrepentimos mil veces, pero ya no tiene remedio y hacemos propósito de enmienda, pero en menos de una semana ya lo hemos vuelto a hacer.

Lo mismo sucede con las compras, hay días en los que no se tiene afán consumista y aunque nos pasemos el día de tiendas y nos urja comprar un artículo determinado no lo hacemos de ninguna manera, y otros días sabemos que no tenemos dinero, que no podemos comprar, pero en cualquier descuido te encuentras comprando un algo, que en la mayoría de los casos suele ser inútil, pero que además, a veces incluso, nos hará llegar a final de mes con muchas dificultades.

Lo mismo sucede cuando queremos decir sí y decimos no, y al revés. De repente nos vemos en una situación en la que no queremos estar pero que nos hemos buscado nosotros solitos.

Por qué hacemos estas cosas tan habitualmente, imagino que porque somos humanos y sino seríamos máquinas, mucho más predecibles y efectivas pero también mucho más aburridas.

La vida está llena de situaciones imprevistas que ayudan a fomentar nuestra capacidad de sorpresa, que desde luego es inagotable, aunque nos volvamos un poco locos a la hora de explicarnos a nosotros mismos porqué hacemos esto o aquello. El caso es que como no somos los únicos que hacemos cosas que nunca haríamos racionalmente, tendemos a pensar que “mal de muchos...”.