Si hubiera que definir en una sola palabra la situación actual del transporte por carretera, sería “incertidumbre”. Al menos, esa es la que ha elegido la mánager de Transcon y Distribución de Expeditors España, Andrea González. Tarifas, capacidad, automatización, retos y soluciones son solo algunas de las temáticas abordadas por González en su último análisis del sector.

El 2024 está llegando a su fin y es justo en esta época del año en la que el transporte por carretera experimenta más cambios debido a los eventos comerciales y las fiestas navideñas.

Según explica la mánager de transporte terrestre, la capacidad es la gran afectada en esta época. Mientras que en la última milla se ha reducido considerablemente debido al e-commerce, a nivel internacional se ha liberado debido a los cierres industriales en Alemania y su consiguiente reducción de la demanda.

La falta de capacidad es, sin duda, uno de los principales retos actuales del sector. En palabras de Andrea González: “en un futuro cercano habrá problemas claros de capacidad debido a la escasez de conductores, una cuestión que actualmente no tiene solución y que no deja de empeorar, y a los altos costes de gestión. Esto último podría, a su vez, generar un importante nivel de quiebras el próximo año”. Por tanto, la responsable de Expeditors recomienda anticipar las cargas y dar plena visibilidad a proveedores con el fin de optimizar las rutas y la consolidación de mercancías.

El entendimiento de la cadena de suministro es también una solución que ofrece Expeditors para hacer frente a este periodo de incertidumbre. De cara a fin de año se estimaba un aumento de precios debido a la alta demanda y a la falta de capacidad, pero la realidad es que han disminuido a causa de una reducción en los costes del combustible. Como indica Andrea González: “pese a dos años de gran inflación, los empresarios no pueden repercutir los aumentos a los clientes”.

Por todo ello, la encargada de transporte por carretera afirma que “2025 va a ser un año crítico”. Sin embargo, la tendencia nacional de crecimiento del sector es alcista: en nuestro país ha aumentado en un 3,8% en 2024 y se prevé que lo haga en un 4% en el próximo año, según los datos de Eurowag. Asimismo, la sostenibilidad, la modernización y la automatización de la información serán factores clave que marcarán el 2025. De hecho, como explica González, cada vez es más notable el cambio en las flotas de vehículos hacia unas más eficientes y menos contaminantes. En este sentido, la inteligencia artificial también ha empezado a jugar un papel clave en el transporte por carretera: “a través de ella es posible optimizar las rutas y revisar la fiabilidad y resiliencia de las cadenas logísticas, lo que permite ofrecer siempre las mejores soluciones a los clientes”.

Los consumidores, por su parte, también se enfrentan a varios retos. Como nos demostró la pandemia del COVID-19, las cadenas logísticas deben ser capaces de adaptarse a las crisis de forma inmediata para evitar sobrecostes, demoras o retrasos. Por ello, Andrea afirma: “nos dirigimos hacia un modelo localizado que tiene dos objetivos principales: la reducción de costes de transporte y la mitigación de la huella de carbono”, siendo este último un requisito cada vez más indispensable para clientes, proveedores e instituciones en el transporte y/o almacenaje de mercancías.

Por tanto, en un contexto tan voluble es esencial apoyarse en partners fiables, flexibles, con amplitud de soluciones y actualizados tecnológicamente tanto en sistemas como en flujos de trabajo. De este modo, teniendo en cuenta que la visibilidad y la automatización son los dos factores esenciales que marcarán el futuro del transporte por carretera, es vital trabajar con un buen forecast que permita a la empresa logística aportar soluciones que alineen sostenibilidad, optimización de rutas y consolidación de cargas. Solo así se podrá asegurar el éxito en la cadena de suministro en este inevitable cambio estratégico del modelo logístico.