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Historias del Puerto de Valencia. El antiguo faro del Puerto muestra los avances en señalización marítima
El Puerto de Valencia, uno de los más importantes de Europa y uno de los que más toneladas de mercancías mueve en España, no solo es conocido por su actividad comercial y logística, sino también por su rica historia. Un símbolo de esta historia es el antiguo faro del puerto, una estructura que ha sido testigo de siglos de cambios en el comercio marítimo, la navegación y el desarrollo de la ciudad.
A lo largo de los siglos, los faros han desempeñado un papel fundamental en la seguridad de los navegantes, guiándolos en sus trayectos y marcando el camino hacia los puertos. El antiguo faro del Puerto de Valencia es un ejemplo de esta tradición, y su historia está vinculada tanto al crecimiento del puerto como a los avances en las técnicas de señalización marítima.
Orígenes y construcción del antiguo faro El origen del antiguo faro del Puerto de Valencia se remonta a finales del siglo XIX. A medida que el puerto de la ciudad comenzó a expandirse y a convertirse en uno de los puntos más estratégicos del comercio mediterráneo, se hizo necesaria la construcción de una estructura que ayudara a los barcos a encontrar el camino de entrada al puerto, especialmente durante las noches y en condiciones de visibilidad reducida. El gobierno español decidió construir un nuevo faro en el puerto, sustituyendo a la antigua baliza de madera que existía previamente. La construcción del faro fue llevada a cabo por la Dirección General de Obras Públicas, siguiendo los estándares arquitectónicos de la época. El diseño del faro fue simple pero efectivo, con una torre de piedra que alcanzaba una altura considerable para garantizar que la luz fuera visible desde gran distancia. Esta torre fue equipada con un sistema de iluminación alimentado inicialmente por gas, y más tarde, en el siglo XX, se modernizó con tecnología eléctrica. Características El Faro del Puerto de Valencia alcanzó una altura de 22,5 metros sobre el terreno y fue diseñado concretamente en el año 1890 por el ingenioero Luis Dicenta Lloret. Cabe señalar que posee unas características únicas respecto a otros faros en España porque inicialmente era metálico y móvil. Finalmente, se comenzó a construir en abril de 1905 y se encendió por primera vez en junio del mismo año. Por otro lado, el Torrero desplazaba el conjunto sobre ruedas, al disminuir la luz solar, para señalizar el Puerto de Valencia. El alzado de la lámpara era de 6.66 m sobre la cota del muelle, para un alzado de 9.31 m sobre el nivel medio de la mar. El antiguo faro del Puerto de Valencia era una estructura sencilla pero robusta, cuya principal función era guiar a los marineros hacia la entrada del puerto, que a menudo estaba congestionada por la actividad comercial y la presencia de otros barcos. En sus primeras décadas de funcionamiento, el faro estuvo equipado con una lámpara de gas, que fue reemplazada más tarde por una lámpara eléctrica de mayor potencia. El destello emitido por el faro tenía una frecuencia específica, que permitía a los navegantes identificarlo con precisión. A lo largo de los años, la señalización del faro fue perfeccionándose, con el uso de diferentes colores y destellos, lo que permitió distinguirlo de otras fuentes de luz cercanas. El faro también cumplía un papel adicional en la meteorología, ya que sus instalaciones incluían un observatorio desde donde se tomaban datos sobre el clima y las condiciones del mar. Estos informes eran enviados a las autoridades portuarias para ayudar en la gestión de las operaciones y garantizar la seguridad de los barcos. El antiguo faro del Puerto de Valencia jugó un papel crucial en la seguridad marítima durante décadas. Valencia, como puerto de gran importancia en el comercio mediterráneo, veía pasar un número considerable de barcos, desde mercantes hasta buques de pasajeros. La presencia del faro garantizaba que las embarcaciones pudieran acceder al puerto sin problemas, incluso en condiciones de niebla o mal tiempo, cuando la visibilidad era limitada. A lo largo de los años, la ciudad y el puerto de Valencia experimentaron un crecimiento continuo, y el faro pasó a ser uno de los símbolos más reconocidos de la ciudad. Su luz era un faro de seguridad y esperanza para aquellos que llegaban por mar, representando la vitalidad del comercio y la conectividad de la ciudad con el resto del mundo. Con el paso del tiempo y el desarrollo de nuevas tecnologías, el antiguo faro del Puerto de Valencia fue perdiendo parte de su función original. En el siglo XX, la construcción de nuevos muelles, la expansión del puerto y la modernización de los sistemas de navegación hicieron que el faro dejara de ser tan crucial para la señalización marítima. El crecimiento del puerto también significó la necesidad de construir faros más modernos, que pudieran adaptarse a las nuevas infraestructuras y tecnologías. Como resultado, el antiguo faro fue reemplazado por una nueva torre de mayor capacidad de visibilidad. En 1986, el faro original dejó de estar en funcionamiento y fue finalmente desactivado. A pesar de su desactivación, el antiguo faro del Puerto de Valencia sigue siendo un símbolo del pasado marítimo de la ciudad. En las últimas décadas, se han realizado esfuerzos para preservar la estructura y darle un nuevo valor patrimonial y cultural. De hecho, en el año pasado se barajó incluir esta estructura en el Catálogo Municipal de Bienes y Espacios Protegidos con la categoría de Bien de Relevancia Local. |
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