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Viernes, 22 de noviembre de 2024


Historias del puerto de Valencia. Tinglados 2, 4 y 5, historia viva de la evolución industrial del Puerto de Valencia
Los tinglados se comenzaron a construir en el año 1911 para hacer frente a la creciente demanda de productos de la huerta valenciana en otros países, sobre todo en Reino Unido, Francia y Alemania
VM, 19/09/2024

Pasear por el corazón del puerto de Valencia es una costumbre para ciudadanos y turistas de la ciudad para los que no pueden pasar desapercibidas las estructuras modernistas que se alzan en el núcleo del puerto y que son testigos mudos de la historia portuaria. Se trata de los tinglados 2, 4 y 5, estructuras creadas con un objetivo funcional y con una destacada arquitectura que demuestra, no solo el potencial comercial de la ciudad a finales del siglo XIX, sino que también son el reflejo de la evolución urbana de la época. pic

Tras más de cien años de historia, los tinglados han sido protagonistas de diversas transformaciones con el objetivo de adaptar el puerto de Valencia a las necesidades del comercio marítimo a lo que se suma una Guerra Civil y el paso del tiempo. Ahora se enfrentan a un nuevo reto: adaptarse a los nuevos usos que la sociedad hace de ellos. La revitalización de estos edificios a lo largo de los años demuestra su relevancia y la vinculación con el pasado de la ciudad. pic

A finales del siglo XIX, la economía comenzó a crecer en los países europeos de manera que demandaban cada vez más productos agrícolas. Este hecho coincide con la modernización en el sector hortofrutícola que experimenta Valencia que, a su vez, permitió el aumento de la producción. Es entonces cuando la huerta valenciana viaja a países como Reino Unido, Alemania y Francia; países en los que el producto estrella era la naranja de Valencia.

Para hacer frente a este auge, fue necesaria la remodelación de diversas infraestructuras del puerto por lo que el ingeniero-director de la Junta del Puerto de Valencia, Manuel Maese de la Peña, en el año 1895 plantea una serie de proyectos entre los que se incluye la construcción de tinglados para poder almacenar la creciente cantidad de mercancías que se iban a exportar y protegerla así de las condiciones climatológicas. Además, también serviría para depositar las importaciones que llegaban a la ciudad por el puerto.

Es por ello que, en el año 1910 se redacta el "Plan General de Ensanche y Mejora del Puerto de Valencia" que enmarcaba una serie de actuaciones con el objetivo de mejorar las conexiones de las infraestructuras portuarias. Entre ellas, se encontraba la construcción de seis tinglados. pic

En el año 1911 comienzan las obras de los tinglados a cargo de los ingenieros José María Fuster y Fausto Élio Vidarte con una evidente finalidad práctica. Sin embargo, es indudable la riqueza arquitectónica de estas edificaciones influenciadas por el estilo modernista que demuestran la vinculación de la ciudad de Valencia con el diseño. Ejemplo de ello son los detalles decorativos con los que cuentan como son los azulejos, remates y diversos elementos adornados con motivos florales y los techos ornamentados con cerámicas policromadas. Todo ello acompaña a estas estructuras metálicas que sostienen el amplio tejado que protegía las mercancías, motivo para el cual fueron construidas. Los seis tinglados sumaban un total de 27.400 metros cuadrados.

Durante la Guerra Civil Española, gran parte de las estructuras del Puerto de Valencia sufrieron los efectos de los bombardeos efectuados por la aviación italiana. Estos ataques se produjeron sobre todo entre 1937 y 1938, cuando la ciudad se convirtió en un objetivo estratégico por ser un importante centro logístico y pertenecer al bando republicano. El puerto de la ciudad fue bombardeado en diez ocasiones, de manera que estructuras que formaban parte de él, como fue el caso de los tinglados, quedaron destruidas, siendo necesaria su posterior reestructuración. pic

A día de hoy, de los seis que fueron construidos inicialmente, solo se mantienen en pie los tinglados 2, 4 y 5 y están considerados bienes de Relevancia Local de la ciudad por su gran valor artístico y cultural, aunque si bien es cierto que su uso es muy diferente al original, pues actualmente son escenario de actividades culturales y eventos públicos, sobre todo el Tinglado número 2, ubicado en la dársena interior.

Copa América
La Copa América, uno de los torneos de vela más prestigiosos del mundo, requirió una infraestructura adecuada para recibir a los equipos, patrocinadores y espectadores. Es por ello que, para acoger la Copa América de 2007 y 2010, en su edición 32 y 33 respectivamente, el tinglado 2 tuvo que ser remodelado para convertirse en un espacio multifuncional. pic

Fue en ese momento cuando la titularidad de los tinglados pasa a formar parte del Consorcio de Valencia, conformado por la Generalitat Valenciana, el Gobierno Central y el Ayuntamiento de la ciudad con el objetivo de aunar esfuerzos para hacer frente a un evento de gran envergadura. Sin embargo, a día de hoy y con la disolución del Consorcio, el Tinglado 2, además de otros edificios emblemáticos como el Veles e Vents, pasan a manos del Ayuntamiento de Valencia.

Dentro de esta actuación, se acondicionaron diversos espacios internos del tinglado para que pudieran funcionar como área de recepción y gestión del evento, oficinas y zonas de trabajo para el personal de la competición. A todo ello se sumó la instalación de tiendas, restaurantes y todo tipo de espacios comerciales.

La adaptación del Tinglado 2 a esta competición fue esencial para acoger la Copa América en la ciudad demostrando que Valencia tenía capacidad suficiente para acoger este tipo de eventos.
Después de la celebración del evento, el Tinglado 2 volvió a ser protagonista de un proyecto de remodelación en 2017 con la reparación de las estructuras metálicas y los muros así como en los revestimientos y en la decoración. pic

Fórmula 1
Los tinglados 4 y 5 se comenzaron a utilizar en el año 2008 como parte del circuito urbano de la Fórmula 1 durante el Gran Premio de Europa que se celebró en Valencia entre ese año y 2012. El circuito urbano se diseñó expresamente para la competición debido, en gran parte, al amplio espacio que ofrecen además de las vistas, permitiendo celebrar un evento actual en un escenario histórico, mezclando así la modernidad con la tradición.

Además, la amplitud de este escenario permitía acoger a la gran cantidad de participantes y espectadores del evento de forma cómoda a la vez que la inclusión de los tinglados en esta competición promocionó la imagen del Puerto de Valencia y, por tanto, de la ciudad como centro de eventos internacionales.

Los tinglados del puerto de Valencia representan un valioso legado que no solo rememora la historia industrial de la ciudad, sino que también reivindica la importancia de preservar el patrimonio arquitectónico en un entorno en constante evolución. Su valor reside, además de en su función original, en su capacidad para seguir siendo parte activa del puerto, integrándose en la identidad cultural y urbana de la Valencia contemporánea.

Mientras el puerto continúa expandiéndose y adaptándose a las exigencias del comercio internacional, la conservación de estos tinglados es un recordatorio de que el desarrollo puede convivir con la preservación del pasado. Con su restauración y reutilización, los tinglados 2, 4 y 5 sobreviven como monumentos de la historia mientras siguen aportando valor al presente y futuro de Valencia.