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A buen tiempo, mala cara
Dice el ministerio de Transición Ecológica en su web pública: “Se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Esta variación se debe a causas naturales y a la acción del hombre y se produce sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc, a muy diversas escalas de tiempo”.
Es ese etc. lo preocupante. Hoy por hoy, a parte de Trump, nadie niega las evidencias del cambio climático, que por desgracia es cambio a peor. Cada mes superamos los récords históricos de temperatura, aquí y en cualquier esquina del Globo. Cada temporada, los huracanes, tornados, tifones y monzón se exageran, provocando desgracias materiales y humanas in-crescendo. Quizás el etc. se refiera a terremotos, maremotos y tsunamis. El calentamiento global se acelera de manera irremediable, alterando los ecosistemas marinos. El deshielo de los casquetes polares es preocupante y no parece haber solución para remediarlo.
¡Qué estupendo sería que mejorase el tiempo! Que lloviese entre semana, con fines de semana soleados con brisa marina. Que no superásemos los 40º de temperatura ambiente. Idílicamente suena estupendo, pero la realidad es que estamos matando al planeta. Llevamos muchos meses concatenados, batiendo nuestros propios records de temperatura por meses. Efecto invernadero, químicos eternos, plástico en los mares y basura nuclear por todos lados. Recordemos que Fukushima siguen tirando al Pacífico radioactividad de manera descontrolada, millones de litros de agua contaminada vertidas directamente al agua… esa es nuestra realidad. Cada año el tiempo se comporta de forma más anómala y con efectos cada vez más devastadores. Parece que en realidad ya no hay vuelta atrás posible. Resucitar el planeta requiere un milagro como el de los panes y los peces. Por eso, parece que el marketing social prefiere ocultar esta realidad empírica y mirar para otro lado. Que el ministerio informe que tenemos un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático resulta más preocupante todavía si cabe… a saber quién, cómo y de qué discutirán estos asesores expertos. No estaría de más poder comprobar el nivel de experiencia y sapiencia real sobre el tema de asesores que cobran de nuestros bolsillos. El gobierno central actual ostenta el récord absoluto de asesores gubernamentales… El cambio es cosa de tod@s. Está en nosotr@s hacerlo positivo o negativo; para neutro mejor no hacer nada y dejarse llevar. La cosa es que la mayoría social se ha vuelto vaga y se deja llevar por las modas, las masas y el marketing. Pensar no es fácil y no se incita a ello. Si reflexionamos sobre la situación actual y venidera, deberíamos adaptar una actitud proactiva para cuidar el planeta, pero como el gobierno no dice cómo hacerlo, a pocos motiva para cambiar hábitos, comportamientos y consumo. Lo del plástico en el mar es criminal y lo peor de todo es que estamos ingiriéndolo, poco a poco, en pescados, mariscos, algas marinas e ¡incluso en la sal marina! Hay microplástico en todos los mares y océanos. La isla de basura plástica del Pacífico (Great Pacific Garbage Patch en inglés) es 214 veces mayor que la extensión total de las Islas Afortunadas, según cálculos estimados de la IA. La contaminación del suelo no se nota tanto, y si se tapa bien, pues no huele mal, pero si no se hace bien, los resultados negativos son más directos. Afección directa a los Ecosistemas, Biodiversidad, Salud Humana, Productividad Agrícola y el Agua. Ahí es nada. Quizás ha llegado el momento de plantearnos pensar antes de actuar, o tocará poner mala cara al buen tiempo. Recordemos mayormente que vivimos del turismo playero. CS Lee |
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