Piedra, cincel, papiro, pluma, papel, lápiz, typewriter, postal, teléfono, fax, email, chat, redes forman parte de la historia en la que la palabra y la comunicación han ido extendiéndose entre los seres humanos, desde el origen. En la medida que ha ido avanzando la tecnología, los que estamos dentro de la cadena de suministro, en la parte de servicios, hemos ido mejorando la velocidad de respuesta de la información y la calidad de la misma, incluso (que por elucubrar no quede), me atrevo a decir que la llamada Inteligencia Artificial podría ser capaz de saber la fecha exacta de llegada de una mercancía a casa de un cliente, en el minuto siguiente a que ese cliente contemple la posibilidad de hacer un pedido, aunque aún no haya decidido a qué proveedor hacerle dicho pedido, y sin saber si tiene stock o no…

Por si hay alguna duda, creo firmemente en la transformación digital, la tecnología y cualquier avance actual y venidero en ese campo. Creo casi, tan firmemente, como creo en lo seres humanos y la confianza que son capaces de transmitir entre ellos. Como operadores logísticos debemos dar una información veraz, con toda la antelación que los medios a nuestro alcance nos permitan, ahora bien, la información relevante, muy relevante, antes de ser digital, en mi opinión, debe ser verbal/oral y voy tratar de explicarme. Una incidencia en un servicio que va a afectar al cliente y a otros actores de la cadena, causando perdidas materiales y de tiempo, en cascada, puede, pero no debe ser comunicada a través de un email, web o sofisticado tracking. Debería ser comunicada con algo tan simple y eficaz como una llamada telefónica al primero que vaya a afectar esa incidencia, de modo que ese pueda avisar al siguiente afectado y así, sucesivamente. Claro que, a continuación, deberá llegar la formalización escrita que nunca podrá ser tan ágil y directa como el teléfono, porque la presencialidad queda descartada. Transformación si, sin duda, Transformers no. Deshumanizar nuestro trabajo hasta el límite, me genera lagunas sobre el futuro de esta profesión. Solo un ser humano, que yo sepa, puede razonar dirimiendo cuando debe saltar de lo tecnológico y a lo personal. Y esto no solo vale para la logística, sino también para nuestra vida diaria. Poco parece que nos importe el destinatario de una felicitación de cumpleaños, nacimiento o un pésame, si lo hacemos por whatsappp… como sucede en la realidad. Quizás pararnos a reflexionar o darle una vuelta a la gallega, podría generar confianza/paz entre las partes y eliminar carga de trabajo a los psicólogos y psiquiatras… Por favor, sin desmerecer un ápice a estos excelentes profesionales, necesito soñar de vez en cuando, en un mundo donde los policías y los médicos cobraran por pasear, porque no tendrían trabajo. "Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse; el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse" (José Ortega y Gasset).

(mrocher@operplus.com)