La terminal Europe MSC PSA European Terminal (MPET) del puerto de Amberes ha puesto en servicio el primer straddle carrier completamente eléctrico de la Europa continental, en el marco del Green Straddle Carrier Program puesto en marcha por la terminal, Antwerp Terminal Services (ATS) y PSA Antwerp (PSAA).

Vista aérea del puerto de Amberes

El fabricante Konecranes se ha encargado de ensamblar esta máquina aplicando las baterías más avanzadas del mercado para favorecer una operativa continua durante más de cuatro horas, sin interrupciones y sin perjuicio de la productividad.

En línea con los acuerdos medioambientales de la comunidad internacional, ATS, MPET y PSAA aspiran a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de todas sus terminales en un 50% hasta 2030, en relación con las cifras de 2019. Hasta 2050, el objetivo es reducir esas emisiones a cero.

Así, desde las compañías, especializadas en operaciones portuarias, consideran que este straddle carrier eléctrico - que funciona exclusivamente con baterías y tarda 90 minutos en recargarse - puede desempeñar un papel esencial a largo plazo.

Evaluación
Durante los próximos meses, se evaluará el rendimiento de la máquina en las operaciones diarias de la terminal y se estudiarán fórmulas para ampliar la flota desde el punto de vista de la eficiencia y de la seguridad.

Actualmente, toda la electricidad empleada por MPET y por las terminales de PSA en Bélgica procede únicamente de energías renovables.

“La transición energética de los combustibles fósiles a alternativas más sostenibles está a pleno rendimiento y estamos adoptando un papel líder en nuestras terminales. Aunque aún tenemos muchos obstáculos que superar antes de escalar el programa de straddle carriers eléctricas, tener un prototipo funcional es un primer paso muy importante para lograr una flota de straddle carriers libres de emisiones”, aseveró el director ejecutivo de MPET, Johan Van Daele.

El Green Straddle Carrier Program impulsado por las tres firmas es un estudio de viabilidad con la que están evaluando de manera integral cuatro opciones tecnológicas orientadas a limitar las emisiones de CO2 de sus equipos en el entorno de trabajo: electrificación, hidrógeno, baterías y biocombustible.