La Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) ha presentado hoy el estudio "Reto Demográfico y prevención de riesgos laborales en la Comunitat Valenciana", en el que destaca la importancia de incluir el fenómeno del envejecimiento de la población activa en la prevención de riesgos laborales de las empresas.

Arturo Cerveró, Alicia López y Daniel Miñana (Foto CEV)

El estudio, que ha sido elaborado con la asistencia técnica de Bufete Navarro & Asociados Abogados y dentro del marco de colaboración en materia preventiva que la CEV mantiene con la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, considera necesario adaptar la negociación colectiva a la nueva realidad demográfica y para ello recomienda formar en materia preventiva al personal negociador de modo que puedan atenderse las particularidades de las plantillas envejecidas en los distintos sectores de actividad, sin necesidad de tener que esperar a un desarrollo normativo de ámbito estatal para definir un determinado riesgo.

En opinión de la presidenta de la Comisión de Relaciones Laborales de la CEV, Carmen Pleite, "las políticas de salud, de la gestión de los recursos humanos y, como no, de la salud laboral tendrán que adaptarse al hecho de que nuestra sociedad vive y trabaja más años. Al efecto, se deben desarrollar estrategias y acciones que permitan potenciar la actuación preventiva en materia de envejecimiento de la población activa".

Carmen Pleite durante su intervención (Foto CEV)

En ese sentido, el estudio aboga por integrar la cultura preventiva en todos los ámbitos de la sociedad -haciendo especial hincapié en la función transmisora del sistema educativo - y por intensificar la colaboración entre la Administración pública y las pymes al objeto de potenciar el mantenimiento y la creación de empleo y dotarlas de mecanismos que garanticen la cultura preventiva.

Respecto a la gestión de la edad en la empresa, el estudio recomienda rediseñar los puestos de trabajo para adaptarlos a las características de las personas trabajadoras de edad; vigilar el estado de salud de las personas trabajadoras, especialmente aquellas con trabajos con altas demandas físicas y mentales o con más de 45-50 años; incrementar los niveles formativos para reducir la brecha generacional; así como potenciar la información y formación de las personas trabajadoras simplificando los contenidos en materia de prevención de riesgos laborales.