La producción de combustible aéreo sostenible (SAF) alcanzó en 2022 la cidra de 300 millones de litros, lo que supuso durante el año un crecimiento del 200% respecto a lo producido en 2021.

Así lo estimó la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que ofrece datos esperanzadores respecto a las predicciones que apuntan a que la cifra podrá llegar a los 30.000 millones de litros en 2030.

Desde IATA se calcula que el SAF puede contribuir en un 65% al objetivo de cero emisiones que persiguen las aerolíneas. Y es que, hasta la fecha, más de 450.000 vuelos comerciales han empleado combistibles sostenibles para su propulsión.