El socio director de la correduría Tractio Risk y experto en seguros marítimos, Rafael Real Sereix, señalo en unas jornadas organizadas por la Universidad Católica de Valencia para analizar las consecuencias de la reciente crisis para el comercio mundial provocada por el mega porta contendedores EverGiven, encallado en el Canal de Suez, que las embarcaciones “cada vez más grandes y sofisticadas, que navegan por áreas de tránsito cada vez más peligrosas (como las aguas polares), están agravando el riesgo de accidentes y, por tanto, de pérdidas cada vez mayores, con reclamaciones de entre 1.000 y 2.000 millones de dólares por daños a la carga, al casco, el salvamento y los costos de remoción de los restos del naufragio”.

Real, que ha participado en unas jornadas junto al director general de la Autoridad Portuaria de Valencia, Francesc Sanchez, el naviero Jorge Alonso de Grupo Alonso y Carlos Salinas socio de M&A entre otros, ha señalado también que “la fabricación de este tipo de porta contenedores ultra grandes (ULCV) pretende reducir costes y emisiones durante el transporte, pero no se están desarrollando de igual forma las infraestructuras portuarias ni las vías de navegación, lo que aumenta el riesgo de siniestros de grandes magnitudes”. Para el socio de Tractio, “las alianzas entre líneas, los megabuques y la falta de claridad por parte de las navieras, hacen muy complejo determinar la exposición al riesgo por parte de una aseguradora, y nos encontramos con quiebras cada vez mayores”.

El mercado de los seguros marítimos, tanto en cascos como en mercancías, lleva años sufriendo muy malos resultados: el incendio del Maersk Honan, con la trágica pérdida de 5 tripulantes y graves daños al casco y la mercancía (se dañaron alrededor de un tercio de los 7.800 contenedores que transportaba, 12.000 teu aprox.); el Golden Ray, en el que se hundieron más de 4.000 coches tras el accidente sufrido poco antes de zarpar de puerto; el buque de carga ro-ro The Grande America, que se hundió después de que su cargamento de vehículos y contenedores se incendiara; o el MSC Zoe, que perdió aproximadamente 290 contenedores como resultado del mal tiempo en el viaje de Portugal a Alemania, lo que generó graves daños medioambientales.

Pero el temor de las aseguradoras se centra también en los buques de pasajeros o los siniestros ocurridos en puertos, especialmente después de que el hundimiento del Costa Concordia frente a la isla de Giglio en Italia desencadenara una evacuación caótica de 4.229 pasajeros y tripulantes, con 32 personas fallecidas; o las explosiones sufridas en el Puerto de Tianjin en 2015, en donde fallecieron 173 personas y se produjeron incontables daños materiales a edificios, vehículos y contenedores.

La capacidad promedio de los buques creció un 25% entre 2014 y 2018, y los barcos con capacidad para transportar más de 14.500 TEU son cada vez más comunes; su longitud a menudo excede los 1.200 pies (366 m). Los buques portacontenedores de la denominada clase Triple-E son incluso más grandes, con una capacidad de más de 18.400 TEU. Según Rafael Real “desde hace años el transporte marítimo reclama que los grandes buques porta contenedores tengan una calificación de seguro específica, que ofrezca mayor seguridad a todo el sector marítimo y a las aseguradoras en particular”.

Tractio Risk
Tractio es una de las principales corredurías de seguros independientes de ámbito nacional, con oficinas en Valencia, Bilbao, Madrid, Barcelona, Las Palmas, Badajoz y Málaga gestionando un volumen de primas superior a 20 millones de euros. Co-dirigida por el vasco Iñigo Erhardt y el valenciano Rafael Real, la empresa está especializada en servicios profesionales en gestión de riesgos y seguros a pymes, sobre todo de los sectores marítimos y transportes, de energías renovables y de capital riesgo, actualmente se encuentra inmersa en un plan de crecimiento por volumen de negocio y especialización, y en un proceso pionero de transformación digital de servicios.