Y es que precisamente es ahí donde esta profesional de 33 años el acento, en la continuidad del proyecto que arrancara Rafael Milla y que forma parte de su universo personal y profesional desde hace más de veinte años. “Con apenas once o doce años estaba loca por venir a la oficina y mi padre me enviaba a realizar recados. Toda mi vida la vinculo a la empresa y en ella quiero continuar”, asegura. Tras cursar estudios de comercio exterior y operador de transporte Larisa Milla se incorporó de lleno al grupo, aunque lo cierto es que a lo largo de estos años ha pasado por todos los departamentos. ¿El preferido? “Sin duda, el marítimo en exportación".

Larisa Milla

A los genes logísticos de Milla se suma un carácter vivo y a la vez humilde dispuesto a seguir aprendiendo y a competir de forma limpia. También a poner su propio granito de arena, con la apertura de nuevas oportunidades de negocio o la incorporación de prácticas y técnicas, como el mindfulness, que cree que pueden contribuir a mejorar la empresa.

Aunque el papel de Rafael Milla como hilo conductor de esta historia de éxito es indudable, la vicepresidenta de Raminatrans cree que el otro gran pilar del grupo es el equipo: “Es esencial tener un buen equipo y es esencial cuidarlo. En ese sentido, siempre ha tenido una gran admiración por mi padre. Creo que gran parte del mérito del crecimiento del negocio se debe a su carácter humilde, integrador y con cultura de esfuerzo. Por eso no quiero sustituirlo; sólo trataré de hacerlo lo mejor posible y aportar”. A su favor tiene una personalidad marcada, ambición sana y nuevas ideas que pueden contribuir a los objetivos de la empresa. Y para lograrlos Larisa Milla apuesta por ser cercana, próxima y por trabajar mucho. “Di a luz el 12 de agosto y dos meses después estaba en la oficina. No me puedo permitir una excedencia. Es cierto que mi posición tiene estos inconvenientes y también otras ventajas: si mi hijo de nueve meses se pone enfermo no he de dar explicaciones a nadie”, asegura.

Larisa Milla cuenta con el respaldo del director general, Juan Beltrán, mano derecha de Rafael Milla, y juntos hacen un buen tándem. “A nivel de negocio seguiremos las mismas líneas que hasta la fecha. Hemos abierto nuevas oficinas en Palma de Mallorca, por ejemplo, y en apenas nueve meses hemos puesto en marcha nuevos almacenes en Mas Baló”, continúa la vicepresidenta de la compañía, que, además, confía en la introducción de nuevas herramientas, como el coach empresarial, y de la formación y las nuevas tecnologías como elemento esencial para ofrecer un servicio de calidad.

Pandemia
La crisis sanitaria ha rozado a Raminatrans, como a la mayoría de empresas españolas, aunque lo cierto es que la diversificación de negocio por la que siempre ha apostado el grupo le ha permitido “salvar” el año. Desde el principio, la compañía implantó todas las medidas anti Covid necesarias e incluso apostó por el teletrabajo en favor de la salud y del servicio. “Ahora ya estamos al cien por cien. Es verdad que el teletrabajo es una alternativa, pero hay departamentos, como el de tráfico, que requieren trabajo presencial para hacer frente a las incidencias. No hay que olvidar que somos una empresa de servicios”, apunta. En estos meses Raminatrans se ha volcado una vez más con sus clientes y con la crisis sanitaria, realizando numerosos transportes de mascarillas o tests de antígenos, por ejemplo. Milla reconoce que la pandemia ha variado las reglas del mercado. “No hay espacios de carga, muchas empresas han suprimido barcos y es una lucha constante encontrar huecos para los clientes, con una subida histórica de los fletes ”, señala. De hecho, los precios siguen “disparados” y Larisa Milla cree que pasará mucho tiempo hasta que se regule el mercado. Por ese motivo, y sin descartar nuevos proyectos, Raminatrans se centra ahora en dar un buen servicio a sus clientes y responder a sus demandas: “¿Cómo vamos a comprometernos con nuevos clientes cuando es cada día más difícil atender a los actuales? Seguimos abiertos a nuevos proyectos, pero ahora lo esencial es dar buen servicio y tener cautela”.

Primer plano
Cuando no trabaja Larisa Milla sólo quiere dedicar tiempo a su familia y, cómo no, a su hijo Martí, de nueve meses. También el deporte es una de las pasiones de esta mujer de 33 años, que busca en las endorfinas su particular “salud mental”.

También se esfuerza por seguir formándose e ir aprehendiendo herramientas que pueda trasladar a la empresa, como las que aportan las técnicas de coaching empresarial.