"Nos encontrábamos con cuatro terminales independientes, con una serie de funciones centralizadas en Barcelona, que actuaba como cuartel general, un modelo heredado de TCB", señala Arias.

Carlos Arias en la terminal de la compañía en Valencia

"Hemos optado por una mejor gestión a través de la colaboración y lograr una sola organización en lugar de cuatro terminales, con funciones comunes a todas las terminales - continúa -. En definitiva, se trataba de pasar de un modelo de terminal aislada a un modelo funcional. Es era el reto y lo completamos en septiembre, cuando ya definimos el equipo de dirección y empezamos a operar de acuerdo a la nueva filosofía".

De esta forma, que el jefe de una sección se encuentre en Valencia o en Barcelona es realmente indiferente y no tiene nada que ver con la centralización. Así, Operaciones, Comercial y la propia Dirección General al frente de la cual se encuentra Carlos Arias están radicadas en Valencia, mientras que Mantenimiento, Finanzas y Recursos Humanos se encuentran en Barcelona. "Buscamos un cambio cultural dentro de la organización e igualar a las terminales en términos de importancia percibida dentro del grupo", añade. El objetivo no es otro que aprovechar las eficiencias y sinergias, pero no sólo las físicas sino también las cognitivas: "Queremos que lo que tengamos de bueno en una terminal inmediatamente pase a todas las instalaciones y que lo que se corrija no se repita en otra terminal".

El nuevo sistema facilita y mejora el funcionamiento de las terminales, tal como se ha reflejado, por ejemplo, en los inventarios. "Cuando falta una pieza en una terminal nos permite recurrir a otras. Esto sucedió durante la huelga en el puerto de Bilbao. Se duplicó el volumen en la terminal de Gijón y reaccionamos en cuestión de días para disponer de la maquinaria necesaria para atender la demanda recurriendo a las terminales de Valencia, Castellón y Barcelona".

El nuevo orden del transporte marítimo y el comercio internacional ha traído a la actualidad algunos problemas, entre ellos las publicadas colas de camiones en las terminales del puerto de Valencia. "No es un problema de Valencia. Sucede en todas partes. La pandemia ha cambiado los flujos de carga y no es culpa de nadie. Si analizamos la fiabilidad de los itinerarios de nuestros clientes se encuentran a niveles históricos. Las líneas navieras mueven un exceso de carga, las terminales son menos eficientes y los barcos se retrasan, lo que produce, inevitablemente, colas en los accesos a las terminales", puntualiza Carlos Arias. "Si se preveía un barco a la semana de un cliente y ahora recibimos dos, tenemos que pensar que la operación estaba pensada para un ciclo semanal y cuando se rompe esta cadencia se generan unos picos que hacen caer el sistema", asegura.

Arias reconoce que es "muy sensible" a esta problemática y recuerda que desde APM Terminals Valencia están ultimando un nuevo procedimiento para adaptarse a las nuevas circunstancias: "Vamos a establecer una serie de reglas, convencidos de que mejorará la situación, con entradas y salidas prioritarias y alargando el horario sin coste adicional para los clientes. No es un problema de APM Terminals, sino de la industria en general".

En este contexto, los barcos siguen creciendo en capacidad. El siguiente segmento son los 24.000 TEU, algo difícil de manejar "cuando hay que operar 10.000 movimientos en una escala y el sistema no está preparado para ello". Por eso, Carlos Arias confirma que "es el momento de ser creativos para solventar este problema y creo que en APM Terminals lo hemos sido". Eso sí, Arias lo tiene claro: "La creatividad sólo surge cuando se admiten los problemas y estos se admiten cuando dejamos de culparnos los unos a los otros". Una de las vías de terminar con estas congestiones, es el sistema de cita, una propuesta que en Barcelona está muy avanzada y que en Valencia se está estudiando. "La Autoridad Portuaria de Valencia está a favor de aplicarlo, pero hay una serie de cuestiones informática que requieren que trabajemos juntos", señala.

Mientras tanto, los nuevos flujos de carga siguen complicando la operativa, con esperas en Los Ángeles que alcanzan los 14 días y cuando los niveles de flota no utilizada bajo mínimos históricos. "Lo cierto es que hay una persona conduciendo un camión que debe esperar un tiempo improductivo y que se perjudica a uno de los actores de la cadena y no queremos que eso suceda. La solución pasa por la colaboración de todos los actores; por las líneas marítimas, que deben programar sus cargas, por los clientes finales, que deben darse cuenta de que tienen que trabajar de forma distinta porque la capacidad es limitada; y, por supuesto, de las terminales", explica el director general de APM Terminals Spanish Gateways.

2020
La pandemia y su incidencia en el mercado han golpeado de lleno a las previsiones de las compañías y APM Terminals no es una excepción. "Los resultados del año han estado muy por debajo de las expectativas. El año empezó bien en enero y febrero hasta que en marzo bajó el volumen. Pero, sobre todo - aclara Carlos Arias -, se perdió completamente la visibilidad. No sabíamos cómo ni hasta cuándo teníamos que aguantar. Esto es algo que ha pasado en todos los sectores y en nuestro caso nos hemos concentrado en reducir costes para tratar de gastar lo mínimo posible ante la imposibilidad de conocer cuánto había que resistir". En este sentido, Arias insiste en que en el caso de las terminales los beneficios, ya por diseño, son bajos. Si a ello se suma una caída del volumen en una industria como ésta los efectos son más dolorosos.

En cuanto a 2021, el director general de APM Terminals asegura que el ejercicio "ha empezado bastante mejor", aunque bien es cierto que los objetivos se han ajustado a la situación actual.

"Lo que no tenemos tan controlado es el tema de costes. El problema - continúa - es que la operación no está diseñada para los picos de trabajo que tenemos. En este punto estamos centrando ahora nuestros esfuerzos".

Para contribuir a ofrecer un mejor servicio APM Terminals Spanish Gateways tiene previsto seguir optimizando sus medios. "No sólo tenemos un volumen importante de inversión ejecutada, sino que seguimos avanzando y en Valencia, por ejemplo, hemos recibido tres nuevos trastainers que se están erigiendo ahora", apunta Arias. Además, en Barcelona se está reforzando el muelle del puerto de Barcelona para incorporar tres grúas Malaccamax que llegarán a la dársena catalana a final de año.