Puedo aceptar e incluso creer que el modelo de negocio y de los productos de consumo cambiara desde la primavera pasada, con el primer confinamiento, que el mercado norteamericano fuera el primer en lanzar los pedidos de Invierno y Navidad, pagando antes y más a los fabricantes chinos, incluso que los puertos más relevantes de Estados Unidos tuvieran una cifra descomunal de bajas laborales como consecuencia de trabajadores infectados por Covid19 y que por esa razón, los barcos estuvieran días fondeados esperando entrar a trabajar y una vez operados, sus contenedores estuvieran estancados meses, semanas por esa falta de mano de obra, que los mega buques hayan desbancado a los de menos tamaño. Pero, a riesgo de equivocarme, no puedo creer, ni aceptar que los Fletes hayan multiplicado su precio por cinco en tan solo siete meses, hasta alcanzar niveles nunca vistos.

Que los blanks sailings, lejos de ayudar a minimizar el impacto, ayudan a maximizarlo. Una parte muy relevante de los contenedores que llegan a Europa procedentes de China, llevan mercancía por de bajo valor, tal que los fletes actuales representan el cincuenta por cien del coste de dicha carga, algo inviable. Inviable, como para no trasladarlo al escandallo y al consumidor final. Ahora eso sí, no todos los cargadores están soportando esos precios. Una parte considerable de esos cargadores, los de relevante tamaño y los que beben directamente de la boca grande del botijo, han continuado y continúan pagando precios similares a los del año pasado. Todo esto debe ser cosa de ciencia ficción, porque este virus del flete está hecho a la medida para dañar directamente a los que beben de la boca pequeña del botijo: los Transitarios. Alguna Naviera ya no se esconde un ápice en publicar a través de sus redes sociales que aspiran a tomar toda la cadena, todo el negocio, en el mar, en tierra, en el aire y en las estanterías de los clientes. Aunque igual todo esto no es más que una manía, o un mal sueño de que despertaremos felices o tontos. "Al poder le ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra" (Antonio Gala),