De irresponsables nos tildarían si asignáramos a los financieros tareas de logística, a los aduaneros tareas comerciales o a los compradores a vender y viceversa. Si estas decisiones las tomara un componente de la cadena logística seriamos demonizados, casi tanto como si un míster pusiera a un delantero centro a jugar como guardameta. Imaginemos que por razones ambientales desconocidas, todos los trabajadores del sector industrial de fabricación, precisan a la mayor brevedad posible de un par de unidades especiales de chips de protección individual, tan especiales que apenas hace unos meses que los posibles proveedores del mundo han iniciado una carrera contrarreloj para diseñarlas, crearlas y producirlas. Lógico parece que los mejores compradores de cada factoría o de las asociaciones multisectoriales o de cada país fueran los que se ocuparan de la gestión de compra, con luces y taquígrafos, con un contrato de condiciones igual de "leoninas" para ambas partes, como si de antiguos mercaderes fenicios o judíos se tratarse. Al tratarse de una necesidad por salud, razón vinculada directamente con la producción y en consecuencia con la economía, primarían la calidad, eficacia y eficiencia por encima del precio. Porque, más vale perder que más perder.

Aunque sería más exacto decir que, más vale invertir en las personas que pararlas. Una vez concluida la fase de adquisición, los mejores compradores cederían el testigo a los mejores logistas para la correcta distribución, buscando la excelencia desde el punto de origen hasta cada persona, internacional, nacional, última milla, entrega en mano y ajuste a la medida por el personal adecuado. Para ello, utilizarían medios propios, contratados o subcontratados, lo que hiciera falta. Esto es lo que se estudia o se aprende con la experiencia, acerca del cometido de un líder, que es liderar. Aunque igual toda esta forma de proceder tan solo es una manía de los empresarios de la cadena internacional de suministro. Bueno, pues eso… "El buen líder sabe lo que es verdad, el mal líder sabe lo que se vende mejor (Confucio).