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La sociedad de la reacción
F. Miguel Rocher
Managing Director Insurance Team & Claims (ITC) Customs Legal Consultant Operplus Vamos a poner a un vigilante al pie de esa escalera para que nadie más, vuelva a caer a causa del escalón roto. Este puede ser un ejemplo corriente de como suele actuar la sociedad actual ante los problemas de cualquier índole, personal, familiar, sentimental o profesional.
Actuamos de forma reactiva, aparcando la activa y mucho más la proactiva. Para mayor abundancia, sustituimos la formación, el aprendizaje, la cultura por el control. Parece mucho más sencillo poner un controlador para que no vuelva a ocurrir determinado error, que sumergirse en el origen del error, en el problema generado, para generar una enseñanza que evite la repetición del mismo. El paso siguiente es un controlador que controla al controlador y así sucesivamente. Y claro, la razón de ello porque somos seres vivos, en especial humanos, los que cometemos los errores y para evitar malos entendidos, tengamos presente que las máquinas ejecutan a la perfección los errores de las personas que las controlan, dirigen o programan. Incluso, en mi opinión también las de I.A., porque aún sigo considerando que las máquinas por sofisticadas que sean, puedan razonar habida cuenta de que lo hacen en función a todos los parámetros y escenarios que los seres racionales les insertamos. El día que cualquier máquina sea capaz de razonar por sus propios medios, de forma independiente, mejor será trasladar nuestra vida al campo, cultivando y criando nuestra propia comida, sin conexión alguna excepto la que nos ofrece la naturaleza. Ahora mismo, todos los países están generando granes depósitos de EPI y material sanitario por si llega otra situación como la que estamos viviendo. Las empresas que llevan decenas de años desviando sus centros de producción a Asia, piensan en acercar esos centros a sus ubicaciones, incluso a aumentar su stock para no tener un parada de producción como la vivida. Permítanme que cuestione estas dos últimas ideas, la primera por el coste de la mano de obra (no considero objetivos a corto/medio plazo el pagar más por lo mismo, ni el ganar menos por el mismo trabajo) y la segunda porque eso requiere de una mayor disposición de tesorería). Pasamos a los sectores y a los estudiantes que planean su futuro. Por orden de preferencia, ahora mismo las profesiones más valoradas son las vinculadas con los campos Sanitario, Científico, Investigación, Farmacia, seguido de todo lo relacionado con Servicios de Limpieza, Transporte, Logística y Alimentación. No es difícil relacionar esta lista con los efectos de la pandemia.
Parece que Letras y Humanidades, de gran relevancia en realidad, ahora pasan por horas bajas, y no mencionamos ocio y hostelería. Como si una persona a los dieciocho años tuviera que saber/decidir lo que va a hacer el resto de su vida. Por el contrario, cuando la economía está en auge, se equilibran las tendencias. Todos estamos muy satisfechos con nuestro actual puesto de trabajo y no creo que la razón sea puramente vocacional, sino más bien el temor a salir de nuestra zona de confort en este instante de nuestras vidas. Los trabajadores hemos sido muy positivos y muy capaces de adaptarnos al teletrabajo en cuestión de horas (no hemos tenido más tiempo) creo que se ha hecho un gran trabajo que ha permitido al mundo empresarial seguir estando ahí, tomando tierra de lo que hay, por supuesto. Las industrias, cada una dentro de su dimensión, han tomado medidas para una nueva crisis de este tipo. Medidas que dudo tuvieran previstas más allá del 15% del tejido empresarial mundial. En mi opinión, esta pandemia está generando una gran oportunidad de futuro para empleadores y empleados que estén siendo capaces de transformarse a medida de las circunstancias. Bajar la guardia con la empatía, aumenta la confianza. No hagamos que sea siempre una parte la que deba ganarse la confianza del otro, permutemos las posiciones. Si además pasamos de Reactivo a Activo y Proactivo, los buenos resultados nos los servirá en bandeja el futuro inmediato. "Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Po lo tanto, hoy es el día ideal para hacerlo" (Dalai Lama). |
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