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En logística, ¿el tamaño importa?
Por Quim Eugene’s
En la sociedad monetarista, el tamaño importa.
En la nueva sociedad post-COVID19 que está por imponerse, más virtual, menos social, más impersonal, el tamaño de las cosas puede o no importar. Está en nosotros dotar de relevancia a la cantidad frente a la calidad.
En la investigación de mercados, hay estudios cuantitativos, así como cualitativos. Ambas metodologías resultan simbióticas, y se maximizan los resultados combinando ambas. Sin esa sinergia, se obtienen resultados parciales de la proyección de la realidad. En los estadios primarios de cualquier diseño, la parte cualitativa prima a la cuantitativa, por este motivo, podemos ser partícipes del nuevo diseño de la sociedad venidera, mejorando la calidad de lo que hacemos. En logística, siempre se ha creído que se trata de mover cargas del punto A al punto B, pero hay miles de maneras de trazar esa ruta. Y forzosamente la línea recta es la mejor, la óptima. Es ahora, cuando los verdaderos profesionales logísticos tenemos la oportunidad de rutar nuestro futuro, nuestro destino. Obviamente la logística es esencial, y siempre existirá. Considerando que la logística moderna proviene de una necesidad militar, de mover cañones de una batalla a otra, somos nosotros lo que sabemos cuáles son las rutas óptimas que pueden ayudar a ganar la guerra. Pero para ello, debemos despojarnos de vicios pasados, aportando esfuerzo, profesionalidad e inteligencia logística a nuestras actividades. Estos tres conceptos no tienen coste, son “gratis”. Está en nosotros y nuestro “savoir faire” optimizar las maneras en las que movemos las cosas para nuestros clientes, para nuestra sociedad, para nuestro futuro. Logísticamente queda claro que el tamaño no es lo que más importa. Tan sólo hay que ver los A-380 o los Ultra Large Container Vessel (ULCV) de 24.000 teus que parecen cementerios metálicos en los océanos, o los ansiados megatrailers de 44 toneladas. La realidad necesitaba tiempo para ser real en la sociedad pre-COVID19. Ahora, hablando de las organizaciones del sector, parece que las grandes logísticas internacionales puede prevalecer a las PYMES, pero como en toda fase de diseño, el punto cualitativo puede vencer al cuantitativo. Las grandes empresas padecen de rigideces operativas que las PYMES pueden suplir con un servicio de calidad total. No resulta batalla justa, pero David venció a Goliat! O eso se decía en la sociedad pre-COVID19. Parece buen momento para que los profesionales logísticos trabajando en PYMES puedan dar un paso al frente, y revertir el sino de las batallas diarias del mundo de las cargas, encontrando las rutas óptimas para satisfacer las necesidades de los clientes. Cualitativamente, la batalla puede cambiar de color, pero ello requiere dar lo mejor de uno mismo, en cada jornada, en cada carga, en cada tráfico, en cada movimiento. Nadie sabe a ciencia cierta el esfuerzo, técnica, know-how que aplicó David, pero si venció a Goliat, SE PUEDE. Está dentro de cada profesional logístico aplicar lo mejor de uno mismo para aumentar la calidad de cada actividad realizada, en el día a día, en cada batalla, y así ganar la batalla al tamaño. Obviamente los más grandes, lo tienen más fácil, con más estructura, más recursos, más personal, pero si éste no trata de aportar calidad, pueden patinar. En los mercados modernos, ninguna empresa ostenta la posición de líder eternamente: FORD, POLAROID, SONY, NOKIA… |
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