El Sindicato Nacional de Conductores Asalariados (SINACOAS), ha arrancado con una batería de medidas, entre las que destaca la interposición de denuncias a empresas del sector por incumplimiento del convenio.

Carlos Coin

La nueva central sindical, ya reconocida por el Ministerio de Trabajo, apunta alto en sus previsiones de crecimiento y estima que, a lo largo de 2020, alcanzarán, a nivel nacional, los diez mil socios. Carlos Coin, un histórico dirigente del sector de transporte por camiones en el puerto de Valencia, ha decidido embarcarse en esta aventura ante “la pasividad del resto de agentes sociales”, señala en referencia a las dos principales organizaciones del sector, aunque evita explicitar sus nombres.

Coin señala que el nuevo sindicato se ha impulsado pensado en los conductores asalariados. “Buscamos conocer y hacer cumplir los convenios colectivos, en definitiva, hacer cumplir la normativa actual”. Para el secretario general de SINACOAS, el sector presenta datos preocupantes en cuanto a siniestralidad. “Es un sector muy desunido, con una importante responsabilidad en el desarrollo de la economía nacional y con unas condiciones muy cercanas a la explotación”, señala. A ello añade la “escasez real de conductores profesionales”.

Para el dirigente sindical, “no pretendemos responsabilizar a nadie de nuestras condiciones actuales. Los profesionales del camión somos también responsables de las condiciones que soportamos”. Como ejemplo, cita las habituales colas que se producen casi diariamente en las terminales del puerto de Valencia. “Permanecer tres, cuatro o cinco horas sin poder abandonar el vehículo no es normal, roza lo denunciable”, señala.

Para Coin, el sector necesita una política que dignifique los precios que cobra el transportista. “No se trata exclusivamente de reivindicar aumentos, no es el tema prioritario. Se trata dignificar las condiciones salariales del colectivo”.

Para el secretario general “todavía quedan empresarios sin escrúpulos que solo quieren beneficios, a costa del trabajador”. Como ejemplo adelanta la posibilidad de aumentar la carga permitida hasta 44 toneladas. “Un vehículo con esta carga es una bomba de relojería”, afirma.

En su opinión, los intermediarios del sector “no contribuyen a mejorar las condiciones de los profesionales del camión”.