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El aparcamiento de los tinglados podría cerrarse al público en septiembre
Tras la reunión mantenida con representantes del Consorcio Valencia 2007, fuentes sindicales confirmaron a este diario que la zona de aparcamiento de los tinglados del puerto se cerrará al público el próximo mes de septiembre
El Consorcio Valencia 2007 tiene intención de iniciar las obras de remodelación de las zonas colindantes con los tinglados del puerto y prohibir el acceso a los vehículos no autorizados a partir del próximo mes de septiembre. Es decir, impedir el acceso a los cerca de 4.000 profesionales que aparcan diariamente en la calle de J.J.Dómine y alrededores. Así lo han confirmado a Valencia Marítima fuentes sindicales, tras mantener un encuentro con el director general de La Marina de València, Vicent Llorens.
Las mismas fuentes han adelantado que van a iniciar una ronda de contactos con la Asociación Naviera Valenciana, con las asociaciones de transitarios y otros agentes del sector, como el Colegio de Aduanas, para intentar buscar una solución a esta medida “que perjudica seriamente a un decisivo colectivo de trabajadores y trabajadoras del sector portuario
valenciano”. La Marina de València, que ha evitado pronunciarse sobre este tema, ejecuta en la actualidad la reordenación de su espacio público. Entre esos planes destaca la prohibición del acceso de vehículos al interior de su recinto. Con una salvedad: sí podrán aparcar dentro de La Marina de València aquellos coches que pertenezcan a las empresas ubicadas dentro de su demarcación, entre ellas la firma Lanzadera o la escuela de negocios EDEM . Malestar Como contó ayer este diario, el malestar en el sector de oficinas del puerto de Valencia por esta decisión unilateral, es creciente. La solución que propone el Consorcio, según las mismas fuentes, pasa por habilitar 500 plazas en el aparcamiento subterráneo del edificio de Veles e Vent (que gestiona La Marina de València), por un importe de 30 euros mensuales que debería abonar cada trabajador. La propuesta sindical pretende un coste más bajo, que se sitúe en torno a los 10 euros. “El desconocimiento del sector portuario de los responsables del Consorcio Valencia 2007, es total”, añaden desde los sindicatos. “Está muy bien que fomenten la apertura de la dársena a la ciudadanía. Pero también deben ser conscientes que esta actividad es determinante para la economía valenciana”. Como señaló otro de los trabajadores de la zona consultados por este medio, “los que vienen en bici o en patinete tienen prioridad sobre los que venimos a trabajar, lo cual no deja de ser al menos, curioso”. Otros agentes del sector también se han pronunciado. Entre ellos, Luis Rosa, presidente de ATEIA. “Los profesionales que aparcan diariamente en esta zona no se desplazan en coche por capricho. Nuestra actividad exige desplazarnos diariamente por todo el recinto portuario, incluso con las zonas logísticas próximas. Como ejemplo, destacó las terminales de contenedores o el Puesto de Inspección Fronteriza. “Entendemos que la solución pasa por facilitar el acceso a nuestro trabajo que, no olvidemos, genera riqueza y valor añadido para la economía valenciana”. “Lo que no queremos es encontrarnos de golpe y sin que nos hayan consultado con un plan de ordenación del tráfico que perjudique a los trabajadores”. Para Rosa, “el vehículo es una herramienta de trabajo”. Otros portavoces consultados por Valencia Marítima, en concreto, trabajadores de una empresa ubicada en J.J. Dómine, se mostraron más críticos con los actuales responsables del Consorcio Valencia 2007. “Es sorprendente que mientras ellos se dedican a reorganizar el aparcamiento del resto del sector, cuenten con un aparcamiento propio y cerrado al público. Si su criterio es fomentar la sostenibilidad, que empiecen por abrir su zona privada a la ciudadanía y que se desplacen en transporte público”, señalan. Para los sindicatos, se trata de “encontrar una salida que permita compatibilizar el proyecto de reordenación del espacio que gestiona La Marina de València con la actividad del colectivo de trabajadores, es decir, que ésta no se vea afectada”. Añaden, además, que restringir el tráfico en la zona colapsaría, todavía más, las calles cercanas a la zona, ya saturadas de vehículos. |
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