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Sábado, 28 de diciembre de 2024

Editorial

Nuevo palo al Acceso Norte y al puerto de Valencia
Carlos Vicedo, 25/06/2004

El Acceso Norte es un proyecto que nació con mal pie y continúa igual después de casi veinte años de su reivindicación por parte de la Cámara de Comercio de Valencia.

La solicitud presentada en su día por la Cámara de Comercio, tras presentar un estudio de viabilidad ante la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) y el Ayuntamiento de Valencia, fue rechazada por las autoridades municipales catalogándolo de “proyecto de derechas”. Este calificativo, este san benito, motivó que fuera aparcado durante varios años.

A mediados de los años noventa se retomó el proyecto del Acceso Norte con la ejecución de la Ampliación Sur y la entrada al puerto por el By-Pass que suponía incrementar el recorrido en 45 kilómetros para toda la carga procedente del norte de Valencia y de la zona de Castellón, donde se concentra más del 20% de la carga contenedorizada que se embarca por el puerto de Valencia.

Después de muchas discusiones y reuniones se firmó un convenio entre el Ministerio de Fomento, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Valencia y la Autoridad Portuaria de Valencia, en la que, entre otras infraestructuras importantes para el puerto, figuraba el Acceso Norte.

Muchos años se lleva hablando de este proyecto sin que se viera nada concreto, aunque se comentaba que estaban discutiendo el trazado, que contaba con tres alternativas y luego con los estudios de impacto ambiental.

Lo concreto es que en todos estos años sólo se había conseguido una asignación presupuestaria para sacar a concurso la redacción del proyecto. Desde la APV y desde instituciones como la Cámara de Comercio, la Confederación Empresarial Valenciana, la Asociación de Azulejeros y otras asociaciones empresariales del sector portuario se ha reivindicado esta infraestructura por la importancia que tenía para incrementar la competitividad del sector azulejero, al reducir sus costes, y para el futuro del puerto, que permitía establecer una comunicación directa con el puerto de Sagunto, uniendo su oferta de servicios.

Con la designación de Valencia como sede de la America’s Cup y tener que realizarse el nuevo canal a la Dársena Interior, parecía que finalmente se ejecutaría este proyecto, que ya muchos profesionales de nuestro sector pensaban que no se construiría, al estar contemplada la parte que afecta al puerto en el proyecto de ejecución del nuevo canal.

Ahora, con el cambio de gobierno, se ha vuelto ha paralizar este proyecto con la incorporación de los nuevos representantes del estado en el Consorcio Copa América, que han recortado los presupuestos de inversión para ajustarlos solamente a las infraestructuras necesarias para el desarrollo de esta competición deportiva.

Esta decisión ha sorprendido a todos, máxime al contar con la aprobación de los representantes de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia, que también ha reivindicado la construcción del Acceso Norte. No sabemos qué ha sucedido en dicha reunión ni que argumentos se han esgrimido para quitar la construcción del túnel bajo el canal del proyecto, que ya se ha sacado a licitación y está pendiente de la adjudicación a una de las empresas presentadas. La alegación de que se reduce el tiempo de ejecución en ocho meses no la cree nadie, ya que ambas obras, canal y túnel, se pueden simultanear y que estén terminados para la fecha fijada.

Con esta decisión adoptada, ahora hace falta saber cómo se va a cruzar el canal para acceder al Muelle de Levante y a toda la zona norte. O tendremos que rodear la Dársena Interior, según por donde se acceda al puerto para llegar a la zona norte del puerto por el puente ferroviario.

La conclusión a la que se ha llegado por parte de las instituciones económica y social y de la propia comunidad portuaria de Valencia, con esta decisión arbitraria, es que se quiere favorecer a otro puerto, además de reducir el crecimiento económico que está experimentando la Comunidad Valenciana en los últimos años. Además, hay un senitmiento de discriminación de Valencia, frente a Barcelona y Sevilla, donde se celebraron las Olimpiada y la Expo, ciudades que recibieron toda la ayuda del gobierno central para la ejecución de las grandes
infraestructuras y proyectos para su celebración.