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Sábado, 28 de diciembre de 2024

Editorial

Intranquilidad en la comunidad portuaria
Carlos Vicedo, 06/05/2004

La situación por la que atraviesa el puerto en estos momentos está generando intranquilidad en la comunidad portuaria, tanto por su situación laboral como por el futuro desarrollo de sus instalaciones y, consecuentemente, de sus tráficos.

Estos días está aumentando más la preocupación por la conflictiva situación que se ha producido entre las asociaciones ELTC y Transcont y TCV Stevedoring Company por las esperas en la terminal y las compensaciones económicas a establecer, precisamente por las demoras que se producen a la hora de entrar en las instalaciones de esta compañía para cargar o descargar contenedores.

Después de varios días desde que los transportistas se negaron a recoger órdenes de transporte de sus clientes para entregar o recoger contenedores en esta terminal, todavía no se vislumbra una solución al conflicto.

A lo largo de estos días se está hablando de establecer diversas medidas, entre las que se encuentra la ampliación de horario para las operaciones de recepción y entrega. Pese a que hace varios meses se suprimió la jornada de 20,00 a 02,00 horas, aunque las circunstancias así lo aconsejaron en ese momento.

Ahora se plantean dos alternativas horarias. Por un lado, los transportistas quieren operar en la jornada de 02,00 a 08,00 horas, estableciendo como horario continuado de 02,00 a 08,00 horas, mientras que las empresas proponen trabajar de 06,00 a 22,00 horas, siempre con el consentimiento de los trabajadores portuarios, que contemplarían las dos primeras horas como extras de la jornada de 08,00 a 14,00 horas. Esto supondría trabajar ocho horas seguidas. Lo mismo ocurriría con las dos horas comprendidas entre las 20,00 y las 22,00, que serían las dos horas extra de la jornada de 14,00 a 20,00 horas.

Otra de las medidas, en este caso correctora de ineficiencias o de falta de personal, sería ampliar el grupo de maquinistas de SEVASA en unas 40 plazas más, con el fin de atender la demanda que se produce en determinadas horas punta del día, en las que se concentran tanto este tipo de operaciones como operaciones de buques trabajando.

Lo que sí parece claro, según las manifestaciones de los transportistas, es que la situación de bloqueo a TCV no se va a levantar si no hay medidas correctoras que solucionen los problemas que se vienen produciendo, tanto por falta de personal como de concentración de operaciones o de disponibilidad de maquinaria.

Está claro que las soluciones de dotación o formación de personal y de disponibilidad de maquinaria e, incluso, de ampliación horaria, llevan su tiempo y no se pueden demorar más por el perjuicio que ello supone para toda la comunidad portuaria.

A lo largo de estos días las consultas para saber cómo se encuentran las negociaciones entre las partes afectadas han sido constantes, síntoma de la preocupación que empieza a “instalarse” entre los profesionales de nuestro colectivo. Si a esto añadimos que también se han presentado estos días representantes de diversas compañías navieras para ver qué solución se adopta, máxime cuando tienen los buques en puerto o próximas sus escalas, quiere decir que la ituación es grave. Algunas ya están contemplando otros puertos cercanos como alternativa o cambiar de puerto interoceánico, lo que todavía sería más difícil de recuperar luego.

Este análisis nos lleva, creo, a plantearnos un plan de actuación a corto o medio plazo, que nos permita adoptar medidas paulatinas, pero sin retroceso. Esto debe suponer el fin de los problemas detectados para afrontar con optimismo el futuro y que el puerto pueda empezar un periodo de normalidad, que falta nos hace. Sobre todo en unos momentos de incertidumbre en cuanto a los plazos de ejecución de la ampliación norte del puerto, cuyo proyecto está pendiente de su aprobación, encaminada a contar con más instalaciones portuarias para poder atender la demanda de los crecimientos de tráfico que se están produciendo, tanto de cruceros como de automóviles, graneles o contenedores.