¿Qué significa para los transitarios que en estos momentos tan difíciles se celebre un Congreso profesional?
Creo que había que hacerlo. Es un foro que siempre se ha celebrado en otras zonas geográficas como Madrid, Barcelona o Valencia y nunca en Andalucía. Es una zona con un gran potencial y con muchas posibilidades de negocio, considerando su capacidad de recepción de buques y el hecho de que en ella convergen de una u otra manera todos los corredores programados por la UE.

¿Cuál de los bloques del Congreso cree que despiertan mayor interés entre los transitarios?
El bloque económico es interesante por necesidad y será una buena forma de ponernos al día de las novedades, sobre todo en lo relativo a la financiación. En cuanto a las infraestructuras, considero que es un tema obligatorio puesto que creo que de ellas depende en gran medida el futuro de este país. Pero sin duda el bloque sobre temas aduaneros es el de mayor urgencia para la profesión, particularmente lo que se refiere al RD 335/2010. Me consta que desde FETEIA estamos en contacto con Aduanas e Impuestos Especiales, junto a otros colectivos implicados, para llegar a un consenso que no acaba de alcanzarse. Creo que en este sentido debe imponerse lo que rige en otros países de la UE y en especial en Centroeuropa. Nosotros, los transitarios, abogamos por una liberalización, acompañada de más responsabilidad para el transitario, que nos permita no estar sujetos a los corsés administativos, que en muchas ocasiones encarecen los servicios.

¿En qué consistiría esa liberalización de la que habla?
Además de facilitar el acceso a la profesión se tataría de igualar la responsabilidad. Dejar de hablar de directa, reservada al agente de aduanas, o indirecta y que sea el transitario el que decida la modalidad. En definitiva, se trata de liberalizar los despachos como ocurre en los países del norte y centro de Europa y en los países anglosajones.

¿Cómo ha afectado la crisis a la profesión? ¿Ha cambiado la forma de trabajar de los transitarios?
Hay empresas que han reducido sus sucursales y han cerrado por ejemplo la delegación de Valencia y otras que se han fusionado, reduciendo el número de empresas transitarias.

Desgraciadamente, hay otras que se han visto obligadas a cerrar. Además, desde el año 2010, es decir, en el plazo de dos años, cerca de 400 trabajadores de empresas transitarias en Valencia han sido despedidos.

La Fundación Valenciaport elaboró hace dos años un estudio sobre la viabilidad de las empresas transitarias en los próximos años, una iniciativa que nos ayudó, a través de un punto de vista neutral y global como es el de la Fundación, a conocer cómo deben adaptarse los transitarios a los nuevos retos.

Y también ha cambiado la manera de trabajar. Por ejemplo, en el caso del puerto de Valencia las exigencias administrativas que tienen los organismos de inspección obligan a multiplicar el personal o a que el personal de las empresas dedique más tiempo a esas tareas. En la parte positiva, ha habido una enorme mejora en materia de nuevas tecnologías y en su irrupción en los procesos, agilizando mucho el trabajo.

¿Cuáles son en su opinión las prioridades del colectivo, en particular, y del sector, en general?
Nuestra prioridad es la ventanilla única. Lograr que con un solo documento podamos obtener los certificados sanitarios, de FITO o de la Aduana. Esta ventanilla única tiene que ser así precisamente, única y válida para todo el país, porque la inversión que dedican las empresas a esos temas es muy grande y en estos momentos los recursos y la financiación son escasos.

También creo que es vital un mayor entendimiento con la Administración Tributaria. Hay temas que se han encallado, como la devolución del IVA incobrado, algo muy importante para las empresas transitarias y en el que la Administración está poniendo demasiadas trabas a la espera de que un Tribunal finalmente nos de la razón.